17 enero 2007

EN PAZ DESCANSE, DON MANUEL SOSA DE LA VEGA

HOLA COMPAÑEROS:
AQUÍ LES DEJO ESTA NOTA DE LA CRÓNICA, DE LA COLUMNA DE ROSARIO AVILÉS.

Don Manuel Sosa de la Vega
Por: Rosario Avilés
Miercoles 17 de Enero de 2007 Hora de publicación: 01:04


Hay algunos personajes clave en la aviación mexicana, sin los cuales sería impensable lo que México llegó a ser en algún momento no sólo a nivel latinoamericano, sino a nivel mundial, en materia de transporte aéreo: un jugador serio, con un alto grado de profesionalismo y que podía competir.
En el caso latinoamericano, fue incluso líder regional, antes de que nuestros gobiernos cerraran los ojos a lo que pudo ser un buen futuro.Uno de estos personajes, a los que habría que rendirles un verdadero y merecido homenaje, era Don Manuel Sosa de la Vega, exdirector de Mexicana en dos importantes períodos de esta aerolínea, pero también uno de los hombres más influyentes y honrados con los que ha contado nuestra aviación mexicana.
Pocos saben que Don Manuel inició su carrera en Mexicana como taquígrafo y desde esta modesta posición fue ascendiendo hasta llegar a hacerse cargo de la dirección general desde donde logró posicionar a Mexicana al más alto nivel, como una aerolínea de gran empuje, verdadera línea de bandera con la cual la aviación mexicana conquistó el mercado estadounidense y se posicionó en otros sitios del continente con bastante fortuna.
Algunos, un poco miopes, dirán que eran otros tiempos y que en aquellos que le tocó vivir a Don Manuel esa empresa tenía todo el apoyo del Estado. Nada más alejado de la verdad.
Para hacer una gran empresa y una gran industria también se necesita temple, algo que ahora es bastante raro, y una idea muy clara de lo que es defender a una empresa nacional, cualidades que Don Manuel poseía y gracias a las cuales tuvimos una aviación sólida.
Una anécdota ilustra su modo de ser: Estamos hablando de los años en que México negociaba convenios bilaterales de aviación no a la sombra del secreto, como ahora, sino apoyado por un equipo concertador, integrado por profesionales de la aviación y por los directivos de las aerolíneas.
Este grupo era la Comisión Asesora del Transporte Aéreo Internacional, Catai, donde participaban la Secretaría de Relaciones Exteriores, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, el Colegio de Pilotos y las aerolíneas mexicanas, entre otros.
Este grupo planeaba, establecía una política a seguir y de ahí se desprendían todas las líneas de acción en materia de transporte aéreo, que era una manera de conciliar intereses a favor de lo que a México le convenía y tomando en cuenta todos los puntos de vista, algo así como el sueño guajiro que hoy en día ningún funcionario público no sólo no se imagina sino ni siquiera comprende.
Pues bien, en los años 80 se convocó a una reunión con el equipo de Canadá, a donde Catai había sido, por supuesto, invitado y donde participaba Don Manuel en calidad de observador, aunque la aerolínea designada para estas rutas era Aeroméxico, representada entonces por Don Luis Frías Carrillo. El funcionario de turno era Pedro Cerisola, a la sazón director de transporte aéreo internacional de la DGAC.
Los canadienses se dieron vuelo pidiendo rutas entre Calgary, Vancouver, Montreal, Ottawa y Toronto y todos los destinos de playa mexicanos. Cerisola accedió a todo hasta que, con el tacto que lo caracterizaba, Don Manuel le pasó una tarjetita pidiéndole un receso para deliberar.
En ese lapso, Don Manuel le reconvino: “Disculpe, joven arquitecto, pero estamos aquí para salvaguardar los intereses de México”.Cerisola se defendió diciendo que había línea de la Secretaría de Turismo para abrir los destinos a cualquier tipo de viajeros en las playas.
Don Manuel, con toda su sabiduría de defensor de los intereses de México, le explicó en qué consistían los acuerdos bilaterales, con real y efectiva reciprocidad según la OACI, acuerdo del que México es signatario. El joven arquitecto preguntó cómo podría desdecirse de lo ya otorgado. “Muy simple, replicó Don Manuel, dígales que todo ello lo otorgamos a cambio de los derechos de tráfico (quinta libertad) entre Chicago y Montreal”.
Desde luego, los canadienses se levantaron de la mesa y el acuerdo se quedó como estaba antes. Sin embargo, a partir de ello en el seno de Catai se planeó la forma cómo las aerolíneas mexicanas podrían ir conquistando también el mercado canadiense, en el que Mexicana es hoy una de las líneas que tienen mejor acceso.
Es decir, gradualmente, ambos países han ido beneficiándose de una política que se planeó desde entonces. Don Manuel Sosa de la Vega falleció el jueves pasado.
Hombres como él, quien supo rodearse de un equipo de alto nivel cuyo único fin era hacer crecer la aerolínea y que además supo crear en los trabajadores de Mexicana una mística de trabajo poco común, debieran ser la guía certera del futuro de nuestra aviación. Descanse en paz.
Lo oí en 123.45: Que los problemas entre el área de Operaciones y el área Comercial de Mexicana de Aviación van en aumento. Mientras el equipo de ventas hace el esfuerzo por colocar sus productos, Operaciones acusa fallas que están minando la credibilidad de la aerolínea. Hasta los que contratan charters se quejan de demoras y pérdida de equipajes.
E-mail: raviles_2@prodigy.net.mx