Alas quebradas
El meollo del asunto en la sorpresiva demanda interpuesta por el Consorcio Aeroméxico contra Mexicana de Aviación, es decir, vendedor contra comprador, se ubica en la decisión de ésta de cobrarse a lo chino el monto de una reclamación por supuestos vicios ocultos en los activos adquiridos
El costo del presunto esqueleto en el clóset lo calculó el grupo hotelero Posadas, nuevo dueño de la línea aérea, en 35 millones de dólares, es decir, cinco menos del monto de la factura que se reservó justo frente a cualquier eventualidad.
De acuerdo con las reglas del juego, en la fase previa a la privatización de una empresa pública se realiza una auditoría de venta, cuyo resultado permite ubicar el precio de la licitación. Ésta, consumada la operación, se confronta con una auditoría de compra ordenada por el privatizador cuyo resultado se confronta con el anterior. De haber discrepancias graves en uno y otro ejercicios, existe la posibilidad, de común acuerdo entre las partes, de convocar a un tercero en discordia para plantear un fallo al que se le coloca etiqueta de inapelable.
Ahora que en este caso había una cláusula en el contrato que posibilitaba un ajuste a la alza o a la baja en el precio, dependiendo de los resultados financieros de la línea aérea al 31 de diciembre de 2005.
El problema es que planteado el reclamo el 20 de marzo pasado, exactamente tres meses después de facturarse la privatización de Mexicana, el comprador no ha podido o no ha querido entregar completa la documentación que lo soporte.
Y si bien con base en los argumentos Aeroméxico rechazó la exigencia a los 90 días de planteada ésta, justo en la línea de las fechas pactadas, se considera que con la información total habría mayor contundencia. Y aunque la paciencia del vendedor le alcanzó para cinco largos meses de espera de los documentos, el cuete estalló ante la presión de la Secretaría de Hacienda. y los bancos que se habían adjudicado parte de la línea aérea en la magia del rescate bancario.
Digamos que una y otros están exigiendo su parte en la privatización, pactada ésta en 165 millones de dólares. De hecho, con afán de paliar la inconformidad el consorcio Aeroméxico, es decir la firma que sustituyó a Cintra, la controladora de las dos líneas aéreas, está convocando a sus socios a un reparto extraordinario de utilidades por la venta de Mexicana. por 125 millones de dólares, aun cuando la acción se anuncia como disminución de capital.
La exposición de la demanda al grupo Posadas de Gastón Azcárraga, uno de los prominentes del grupo Amigos de Fox, a quien en su época de candidato se le permitió vivir gratis en una de las suites del más lujoso de los hoteles de la cadena, señala que "a pesar de los múltiples requerimientos entregados en tiempo y forma de conformidad con el contrato, la información solicitada no ha sido entregada".
La querella, planteada, y firmada por los propios accionistas de lo que fuera Cintra, con afán de evitar el gol, apunta a un incumplimiento de contrato. Lo dramático del asunto es que la privatización, pactada el 20 de diciembre del año pasado, llegó en medio de acres críticas por lo que se ubicó como precio de ganga.
Los analistas calculaban un precio mínimo de 700 u 800 millones de dólares.
Y aunque en afán de lavarse la cara la ex Cintra señaló que el comprador absorbía un pasivo neto de 294 millones de dólares, en paralelo a otro de 992 millones por el arrendamiento de aviones Mexibus, es decir un total de mil 291 millones, o si lo prefiere 13 mil 551 millones de pesos, hete aquí que en los estados financieros del consorcio al 31 de diciembre de 2004 se contabilizaba un pasivo total de sólo 9 mil siete millones... de pesos.
¿Endeudaron en 10 meses los vendedores designados por la Secretaría de Hacienda a Mexicana con 4 mil 546 millones de pesos, es decir, 56.5% más del monto con que la recibieron?
Y aunque se alegaba que hace 15 años la empresa Mexibus, es decir la arrendadora de los aviones de la firma, le otorgó a ésta un préstamo de 500 millones de dólares, cuyo último abono de 116 millones debería amortizarse en 2007, lo cierto es que aquí y en China los costos de arrendamiento se consideran como gastos de operación, no como pasivos. Por lo demás, existía la certeza de que al momento de su venta Mexicana tenía existencias en caja de 100 millones de dólares. por más que según los estados financieros de Cintra entregados a la Bolsa, ésta contaba hasta el tercer trimestre de 2005 con existencias de 3 mil 828 millones de pesos, es decir 363.2 millones de dólares.
Lo cierto es que la maniobra de Mexicana de avalar con documentos parciales un multimillonario reclamo se explica ante la desesperación de su propietario de toparse con un negocio menos rentable de lo esperado. Tantito es el alto costo del combustible; tantito la feroz competencia de las líneas aéreas de bajo costo que irrumpieron en escena tras la privatización, y tantito los altos costos de operación que reclaman los contratos colectivos de trabajo.
MIS NOTAS AL CALCE:
RAZÓN DE MÁS, PARA NO APOYAR UN CONVENIO LEONINO A CUATRO AÑOS, EN DONDE LOS ÚNICOS QUE SALIMOS PERDIENDO SOMOS LOS EMPLEADOS. POR ESO COMPAÑEROS Y MUCHAS OTRAS COSAS MÁS DIGAN NO AL CONVENIO, ALEJÉMONOS DE LOS TESTIGOS DE LA PRODUCTIVIDAD Y UNIDOS LOGRAREMOS VENCER A VILLARREAL Y SUS HUESTES.
SALUDOS