27 junio 2022

No agredan al personal de las aerolíneas

 


No agredan al personal de las aerolíneas


La consecuencia de las demoras y las cancelaciones pueden despertar el lado más irracional de los pasajeros. Lo que a continuación les voy a narrar es un penoso -y censurable- incidente. Sucedió en Aeroméxico: un pasajero molesto por la sobreventa del vuelo decidió golpear a la empleada del mostrador, rompiéndole la ceja.



Sé que “las sobreventas” de boletos son un tema espinoso; por un lado todos los usuarios están convencidos de que se trata de una práctica que debería de desaparecer, sin embargo las aerolíneas lo siguen haciendo. Y es que, aunque a simple vista carezca de toda lógica sobrevender un vuelo, tiene una razón de ser, y se llama “no show”, esto es, el porcentaje de pasajeros que no se presentan al vuelo.

Con base en estadísticas de rutas y horarios, las aerolíneas prevén qué porcentaje de pasajeros es más probable que no se presenten, por lo que venden -o más bien sobrevenden- los asientos. Antes de continuar, tengo que decirles que es prácticamente imposible que el costo de la operación de un vuelo, se cubra con lo que pagan los pasajeros por sus boletos.

Pondré un ejemplo para tener claridad sobre el tema: un vuelo programado para salir a cierta hora rumbo al destino X, se operará en un equipo con una capacidad de 200 asientos, en ese vuelo se tiene una sobreventa del 10%, esto es, la compañía aérea venderá 220 asientos en total. 

Y es que sus estadísticas y cálculos actuariales arrojan una alta probabilidad de que 20 pasajeros no lleguen. Sí, amable lector, entiendo que usted piense “el boleto ya fue pagado, ¿qué pérdida puede haber?”. Pero el déficit se presenta en los pagos “extras” que ya no harán los 20 pasajeros que no se presenten: desde pagos por exceso de equipaje, ascensos de una clase a otra, consumos de Duty Free, uso de salas VIP; pagos por uso de internet durante el vuelo, y una larga lista de “amenities”. 

En realidad, todos los vuelos se sobrevenden, sin importar hora, destino, distancia, empresa y país. Por eso existen las “grandes ofertas” de vuelos con descuentos del 50% o más, pero casi nadie lee las letras chiquitas. La mayor parte de las sobreventas no presentan problema, porque las estadísticas y cálculos funcionan. El caos surge cuando ese porcentaje de pasajeros que era posible que no llegaran, sí se presenta.

En esos casos, las aerolíneas tienen la responsabilidad de colocarte en otro vuelo; generalmente le dan preferencia a familias para que viajen juntas y “sacrifican” -por decirlo de una forma- a los pasajeros que viajan solos, y son los elegidos para no abordarlos y acomodarlos en el siguiente vuelo.

Esto a grandes rasgos, porque cada empresa de transporte aéreo pone sus propias reglas. Por eso es importante siempre leer todo el contrato, o sea el boleto y sus letras pequeñas.

Regresemos al lamentable incidente, este pasajero, frustrado porque no le permitieron abordar, optó por el peor camino que pudo, ejerciendo violencia física contra otro ser humano. Les pido que comprendan que los trabajadores no ponen las reglas, eso lo hacen los directivos de las aerolíneas, los empleados de mostrador solamente siguen las mismas, porque ese es su trabajo; créanme que no están ahí para ver a quién le hacen la maldad de no viajar.

El pasajero en cuestión fue esposado y llevado a la Comandancia del Aeropuerto, donde pagó su multa respectiva por la agresión en contra de una empleada de mostrador, y ya.

Después la compañera de tráfico tuvo que ir al doctor, y esperar a que le dieran su pase para ir al IMSS, esperando que califiquen el hecho como accidente de trabajo. Tristemente tengo que compartirles una verdad tan dura como dolorosa, no hay un marco legal específico que proteja a los trabajadores aeronáuticos de las agresiones físicas de los pasajeros. 

Sí, existe el Código Penal Federal (porque fue en el AICM, zona federal) que en su artículo 288 y subsecuentes, tipifica el delito de lesiones. Desde luego que la persona agredida tiene todo el derecho de denunciar penalmente al agresor, y dependiendo de la gravedad de la lesión provocada, podría (yo digo que debería) ir a la cárcel y sin derecho a fianza. 

En los hechos no pasó así. Nadie (ni empresa ni sindicato) asesoraron a la compañera agredida, y las autoridades decidieron no actuar de oficio y presentar al agresor ante el Ministerio Público. Un hecho lamentable por donde quiera que se vea. 

Un pésimo antecedente, ya que este pasajero agresor puede volver a volar, y en su caso volver a agredir, todo porque en nuestro país no existen “listas negras”, como en otros países. Sí, estoy de acuerdo que mal empleadas esas listas son un arma de doble filo, y que pueden ser racistas, discriminatorias y atentar contra los derechos humanos. Pero en este caso es más que clara la razón de usarla.

Sabemos que a muchos usuarios del transporte aéreo las demoras y las cancelaciones les ponen las emociones a flor de piel; no es agradable perder horas en el aeropuerto, no llegar a tiempo al destino y tener que poner del bolsillo porque la aerolínea, la que sea, le ha trastocado sus planes.

Pero ejercer la violencia nunca es una buena opción, y menos cuando se trata de un hombre enojado golpeando a una mujer. A la empresa le conviene que esto se quede ahí, y no ventilar en los medios temas como “demoras” y “sobreventas”. Por otro lado, sabemos que los sindicatos han perdido su razón de ser, por lo que le aconsejarán a la compañera de tráfico “no hacer olas”, no vaya a ser que pierda el empleo si quiere emprender algún proceso legal en contra del pasajero. 

Y es que en estos casos, los departamentos jurídicos de las aerolíneas suelen decir a los trabajadores que están solos, que ni la empresa le prestará un abogado para hacer una demanda por agresión en contra del pasajero, y los sindicatos harán exactamente lo mismo, dejando al trabajador huérfano en un deleznable estado de indefensión.

Así que cuando pasan estos incidentes, la gran mayoría de los trabajadores que son físicamente agredidos, ya sea en el mostrador o incluso a bordo de una aeronave, se quedan con el coraje atravesado, ya que no pueden hacer nada en contra del pasajero y que de hacerlo tendría que ser bajo sus propios medios y riesgo.

Así que aprovecho y hago un llamado tanto a la titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, a la Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y transportes y a los legisladores de este país. Urgen medidas que faciliten y apoyen a los trabajadores a defender sus derechos, y no dejarlos jurídicamente desamparados. 

Sé que hay una grave crisis aeronáutica, que ha repercutido de manera global, afectando las operaciones. Tan sólo en Europa el 69% de los vuelos sale demorado. “Mal de muchos, consuelo de tontos” podrían contra argumentar, pero insisto, la violencia no es el camino para mejorar la situación, y menos en contra de una mujer trabajadora.

Como usuarios pueden y deben exigir a los directivos de las aerolíneas que cumplan con lo que se les ofrece; existen mecanismos y vías para realizarlo. Aunque ustedes no lo crean, las cartas que manden con una queja o felicitación sí son tomadas en cuenta. Por favor, de nada sirve que agredan al personal de las aerolíneas. Todo lo contrario, pueden encontrarse con una persona dispuesta a dar batalla legal, y su viaje de placer o de negocios, puede convertirse en un viaje a prisión. 

26 junio 2022

Hacen falta estudios médicos en el personal aeronáutico

 

Hacen falta estudios médicos en el personal aeronáutico

En columnas pasadas hemos tocado el tema de la salud mental y va de la mano con el tema que hoy quiero abordar: la falta de estudios que al respecto tiene la propia industria aeronáutica. Sabemos que el origen de los sindicatos en general, y concretamente los de aviación, tienen como  piedra angular la defensa de los derechos del trabajador, entre ellos el derecho a que exista y se procure un sano equilibrio entre la vida laboral y la personal; a este rubro le podemos nombrar con el término “calidad de vida”.



Este tema aplica evidentemente para todos los trabajos dentro de la cadena de producción, sin embargo usaremos de ejemplo el caso de los sobrecargos, por la cercanía e información que conozco y quiero compartirles.

Desde hace unos años, me ha llamado mucho la atención el número de fallecimientos de compañeros sobrecargos relativamente jóvenes, esto es, personas entre los 40 y 50 años de edad que han partido de este plano terrenal por diferentes circunstancias.

Lo escribo con todo el respeto que merecen las vidas humanas. Tengo muy claro que somos mortales, y el final de la vida es algo que todos vamos a enfrentar, sin duda alguna. Pero el tema ha de tratarse, precisamente por eso, porque nos concierne a todos. Si parece que escribo de manera indolente o insolente, es porque estoy convencida que es con base en los datos duros que se deben tomar decisiones, e implemnetar acciones. Dicho lo anterior, me salta a la vista una fatídica  constante: que los primeros fallecidos fueron compañeros que en su momento prestaron sus servicios para la compañía Mexicana de Aviación, y al momento de su deceso se encontraban trabajado para la empresa del Caballero Águila, o sea Aeroméxico.

Hay que ser puntuales, los sobrecargos de Mexicana venían de trabajar con unas jornadas mucho menores y menos castigadas que las asigandas en Aeroméxico; la gran mayoría de los sobrecargos entró con el Contrato B, así que acostumbrados a un ritmo de trabajo tan diferente, los compañeros empezaron a enfermar, y lamentablemente algunos murieron.

Por respeto a su memoria, no voy a decir el nombre del o la sobrecargo, pero sí diré que esta persona se quejaba de estar fatigado(a) todo el tiempo, que a pesar de tratar de descansar, el cansancio no se iba; así lo compartía con los compañeros con los que volaba, por lo que para muchos no fue una sorpresa que la causa de su muerte fuera un paro cardiaco.

Es tarea de la Asociación Sindicial de Sobrecargos de Aviación (ASSA) darle un seguimiento a todos los fallecimientos y realizar un nuevo estudio de fatiga, el último se realizó en 1994, de la mano con Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Es evidente que dicho estudio ya está rebasado por las nuevas condiciones laborales, sin embargo es imperante tener certeza de cómo afectan las actuales condiciones de trabajo al estado de salud general de los tripulantes de cabina.

Tanto importante es la salud mental como la salud física de los sobrecargos y de todos los que conforman la insutria aeronáutica, es por ello que esta petición de hacer un estudio no es privativo de ASSA; todos los sindicatos deberían realizar un estudio de cómo afecta el estrés -que deriva de las extenuantes jornadas y salarios recortados- a la salud física y emocional de sus agremiados.

Pero es claro que estos trabajos no se harán por obra y gracia del Espíritu Santo;  ¡no compañeros¡, son ustedes quienes deben de exigirle a sus sindicatos que se pongan a trabajar y realicen este tipo de estudios. Ustedes pagan los sueldos (emolumentos) de los representantes sindicales, gracias a las cuotas sindicales que les descuentan, así que están en todo su derecho a pedirles que hagan su trabajo, pues están de por medio, sus vidas, su salud física y mental; todo tiene un impacto en sus condiciones laborales.

Pruebas hay de que las empresas salen a decir que factores como la pandemia, el alza del combustibles, los conflictos bélicos -y lo que ustedes gusten poner- afectan la viabilidad operativa de la empresa, orillándolas a recortarles los salarios; y no es que no lo sepan, es que simple y sencillamente han decido ignorar que es inversamente proporcional el desgaste físico y mental de los trabajadores a cada medida de recorte que hacen. Por lo tanto es imperante recibir una compensación económica por ello. Es criminal y perverso que las empresas decidan no hacer nada porque sale más caro demostrar que tienen empleados cansados y enfermos y que prefiera simplemente reemplazar a trabajadores fallecidos.

Son ustedes, compañeros, los primeros que no deben olvidar que su trabajo es valioso, y para que los empresarios no los ingnoren y no finjan demencia, quinenes lo tienen que defender y cacarear; son ustedes ni Andrés Conesa, ni Juan Carlos Zuazua, ni Enrique Beltranena, serían capaces de realizar tan siquiera alguno de los trabajos de la industria aérea.

 Sin ustedes las empresas simplemente no vuelan, y el cuento aquel que tanto nos han vendido de que “consiguen personal en la esquina y que detrás de ti hay más de mil que piden una oportunidad”, la verdad es que eso no es cierto. Aprovechen la escases de personal y la crisis mundial que hay al respecto usándolo a su favor. Y sus representantes sindicales no se mueven y no quieren trabajar, les recuerdo que ese pacto no es con Dios, y que tienen el inalienable derecho de revocarlos, y nombrar a otros que sí sean empáticos con su situación y realidad.

 

Ximena Garmendia

26 de junio de 2022

 

19 junio 2022

Cumplimos 16 años...informando

 

Cumplimos 16 años...informando

Así es, se dice fácil pero no lo es. Dieciséis años han transcurrido ya desde aquel 20 de junio del 2006. Todo inicio como parte de una terapia; a raíz de la muerte de mi madre, un encuentro esporádico en Medicina de Aviación cambió el rumbo de mi vida.



Fue precisamente ahí, en febrero de 2004, que mientras esperaba los resultados de mi examen médico, empecé a platicar con la compañera Marcela del Collado. Ella acababa de ganar el cargo de Secretaria de Actas en la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA) y me dijo ¿quieres ser mi adjunta?

Por supuesto que accedí. Era una mejor idea que seguir durmiendo cuatro días seguidos, para evadir mi duelo y depresión. Esos mismos días en los que no volaba, los ocupé para ir al sindicato de adjunta; estuve así tres años en la Secretaría de Actas. Mi plan original era que después de haber adquirido experiencia sindical, me lanzaría para buscar la Secretaría de Prensa del Sindicato.

Con ese objetivo en la mira, Marcela y yo pusimos manos a la obra. En aquel tiempo de incipiente Internet, existía una especie de chats on line de sobrecargos, había uno que se llamaba “Sobrecargos en Acción” y ahí te enterabas de todo el chisme: que quién era gente de Alejandra Barrales, quiénes estaban en contra de ella, y había una persona cuyo nombre de usuario era “manita negra”.

Muy rupestre el grupo, creo que era de Yahoo. ¿Ustedes lo recuerdan? funcionaba a modo de comentarios, y era un poco complicado, pues se iban “bajando” las respuestas y luego se perdía uno, ya sin saber qué habían contestado. No era nada funcional, así que Marcela me sugirió abrir un correo (esa cuenta ya no existe) y desde ahí mandar información, de manera anónima, al resto de los compañeros.

Empezamos recolectando direcciones de correos, pero teníamos la limitante de que no se podían enviar correos masivos, así que había que hacerlo por tandas. La intención era darles a conocer a los compañeros toda la información que oficialmente ASSA no sacaba a la luz. Entonces, a la par de los correos, se me ocurrió sacar un blog.

Comenzamos en 2005 a enviar los correos, primero pequeños textos que ambas escribíamos. Ese año tomé la decisión de inscribirme como candidata a la Secretaría de Prensa, así que me preparé para ello, y recopilé la información necesaria para armar un pequeño periódico (sí alguno de ustedes lo conserva, no saben que joyita tienen), con la finalidad de mostrar de lo que era capaz de hacer si me elegían como Secretaria de Prensa. 

Los hechos están ahí, para que los juzgue la historia. Yo no tuve apoyo de ningún grupo, ni de la gente de Alejandra ni de la contra, así es que quedé en segundo lugar. Y es que la planta de sobrecargos me ubicaba en Actas, porque ya llevaba más de un año trabajando en dicha Secretaría con Marcela.

Tuve tiempo entonces para retomar la idea de crear el blog. Aunque la dinámica de los correos estaba funcionando, yo quería otra forma de comunicarme con la base. Voy a ser sincera: al comienzo de la creación del blog, la mayor parte de la información estaba relacionada con Mexicana, y es que fue la época de la venta de la empresa. En esas fechas publiqué una columna titulada “El laberinto del Fausto”, criticando la actitud de Fausto Guerrero por andar ofreciendo en una asamblea la jubilación de todos los contratados después de 1989, sin pasar por juntas particulares. En ese entonces él era Presidente de la Comisión de Vigilancia y Francisco Villareal el Secretario General.

Yo estaba convencida que los sobrecargos, al no tener la información suficiente, eran fáciles de manipular en una asamblea; y hasta el día de hoy sigo convencida de lo mismo. Es por eso que el 20 de junio de 2006 nace Sobrecargo Informa, página extraoficial de ASSA de México.

Se inauguró con el siguiente texto:

20 JUNIO 2006

URGENTE !!!!!!!

Compañeros Sobrecargos, la siguiente información es de suma importancia.

¿Cuales son las cuentas que nos está entregando el Secretario General de ASSA Francisco Villarreal después de poco más de un año de su gestión?

Se quitó la jubilación por un “plan de retiro” en el cual, la empresa no se hace cargo de dicha jubilación, si no que se nos descuenta una cuota quincenal a modo de AFORE, además de desaparecer el apartado III de la cláusula 79 del contrato colectivo de trabajo en la cual decía que el sobrecargo podía elegir retirarse del servicio al cumplir 37 años en el caso de las Mujeres ó 45 años en el caso de los hombres independientemente de su antigüedad, y lo peor de todo, esto se realizó sin consultar al gremio y sin votación alguna . Es de resaltar, que el nuevo contrato colectivo de trabajo no se puede consultar en ninguna parte, puesto que no está en la página de Internet de ASSA ni tampoco se han mandado a imprimir para darnos una copia a cada uno de nosotros.

El sindicato no defendió a los compañeros de la jefa de sobrecargos Lucila Araico, quién fuera de sus atribuciones decidía si procedía o no las incapacidades por enfermedad de un familiar de primer grado así como permisos contractuales, lo que derivó en el despido injustificado de varios compañeros.

El secretario General firmó un convenio con la empresa en la cual los compañeros jubilados que habían demandado a la empresa, tendrían que retirar dicha demanda ó en su defecto se les bajaría el monto de su pensión.

Bajo el supuesto de los problemas financieros de la empresa, el sindicato no nos defendió en contra del terrorismo laboral, donde cualquier pretexto es bueno para rescindir el CCT (Contrato Colectivo de Trabajo).

El sindicato actualmente parece una caja fuerte de información, pues no se nos informa absolutamente nada y cuando sale algo de de la misma es totalmente falsa, como en el del pago con tarjetas para los viáticos, Villarreal firmó nuevamente un convenio, dando información falsa de que ASPA había firmado el mismo con la empresa, acto que ahora sabemos nunca sucedió y que era solo un pretexto para argumentar que no se violaba el CCT, todo esto sin llamar a una asamblea ni ser aprobado por votación.

Las cuentas no cuadran, pues Francisco Villarreal está estrenando casa, a tan solo un año de su gestión, pero lo peor es que no es el único, pues Leticia Varela, Secretaria tesorera, persona muy cercana a Villarreal y perpetuada en el sindicato junto con Jorge Macedo Secretario de conflictos que amenaza con reelegirse, también están estrenando casa que curiosamente compraron en la gestión de Villarreal.

La secretaria personal de Villarreal, Karen Pecina, recibe bonos económicos, pero sin pasar por la aprobación del comité ejecutivo, bajo el pretexto de los trabajos realizados en la nueva Federación, de quién es presidente el mismo Francisco Villarreal. Cabe aclarar que dichos trabajos deben ser realizados por la secretaría de prensa, al mando de Rocío Palacios, otra perpetuada de ASSA, el Secretario de Relaciones Eduardo Anaya y los dos centros de estudios, de Mexicana y Aeroméxico.

En la próxima revisión contractual, Villarreal en contubernio con la empresa, van a querer imponernos el paso por la base, quitar los sistemas alternos de trabajo de 6 X 4 e idas y vueltas e instalar el sistema de “escoger” secuencia vía Internet que tantos problemas ha causado en Aeroméxico, quitarnos los 90´s a otros, etc. Todo esto por el mismo pretexto de que la empresa no está bien financieramente, sin embargo, esta cantaleta no solo sirvió para que prácticamente regalaran la empresa a Grupo Posadas, si no ha servido para que año con año, vayamos perdiendo las prestaciones que en administraciones pasadas se habían logrado, amenazando así nuestra fuente de trabajo.

Ningún empresario en el mundo, compraría una empresa con problemas financieros, Grupo Posadas compró Mexicana en 165.5 mmd, y solo para que se den una idea de que prácticamente la regalaron, un A380 cuesta 228 mmd.

Compañero, los que tenemos problemas financieros somos nosotros, por favor no cedas ante esta nueva afrenta que el Secretario General quiere realizar con el único fin de sacar un provecho personal y causando a su vez la disminución de nuestra calidad de vida, trabajando más por menos dinero.

¿Qué vamos a hacer al respecto?

- Reenvía este correo y corre la voz entre todos los compañeros reimprímelo y dáselo a leer en todos tus vuelos.

- Asiste a todas las asambleas e infórmate.

- Vota en contra de cualquier propuesta que intente ceder cláusulas contractuales.

- Próximamente crearemos un Blog para tenerte informado así como para que puedan comunicarnos sus opiniones.

YA BASTA! NO NOS VAMOS A DEJAR.

sobrecargoinforma@yahoo.com.mx

Así fue… ese es el comienzo de esta historia, pensada originalmente para los sobrecargos de Mexicana, luego se amplió para todos los sobrecargos de la ASSA, y ahora este espacio está abierto para todos los compañeros de la industria aeronáutica, sin importar si son de tierra o tripulantes, ni a qué empresa pertencen. Hoy seguimos siendo la voz de los trabajadores, de los compañeros; este espacio, lo vuelvo a repetir, es por y para ustedes.

Son dieciséis años de información ininterrumpida, en los cuales hemos hecho un poco de todo: entrevistas, videocolumnas, podcasts, transmisiones en vivo, conferencias, y por supuesto columnas de opinión.

Muchas gracias a todos ustedes; lo que mantiene vivo mi ánimo para seguir alimentando este espacio -que no me genera ningún ingreso económico- son sus lecturas, su confianza en la información aquí publicada, sus denuncias y solicitudes de información, así como sus voces de aliento; son bienvenidos los comentarios de quienes disienten de mis ideas, siempre y cuando sean por escrito y con respeto, como dice la Constitución Política de México. Ustedes saben bien que más de una vez me han atacado por decir lo que pienso; pero el apoyo de los que creen que la verdad nos hace libres nunca ha faltado.

Tengo un férreo compromiso con la verdad, la transparencia y la libertad de expresión. Si así no fuera, el blog se habría convertido ya en un mero compendio de chismes baratos. Puedo estar orgullosa de que profesionales de la información y otros “terrícolas” se han acercado a este espacio para obtener datos, documentos y puntos de vista que les permitan entender un poco más el complejo mundo aeronáutico.  

Son dieciséis años, y como rezaba un avión de Mexicana de Aviación “Vamos por más”.

 

Ximena Garmendia

19 de junio de 2022

12 junio 2022

Tenemos que hablar del CLAIM

 

Tenemos que hablar del Claim

Esto va para los dos sindicatos que no hicieron líquido el Claim que les fue entregado como contraprestación por haberse “bajado los calzones” en el Capítulo 11. Aquí decimos las cosas claras, y al pan, pan, y al vino, vino.

Fotografía tomada del perfil de Facebook de ASSA de México


Tanto el Sindicato de Trabajadores de la Industria Aeronáutica, Similares y Conexos de la República Mexicana (STIA), como la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación de México (ASSA) han manejado con total opacidad el tema de los Claims ante sus agremiados.

Ambos sindicatos han aprovechado su corrupción institucionalizada; el primero de ellos convertido en una mafia familiar, encabezada por papá Romo e hijos, enquistados desde hace años en el poder y que representan la peor cara del sindicalismo charro. Por otra parte, tenemos a un lídercillo charro, pequeño y acomplejado que requiere de la adulación constante de la base de sobrecargos de ASSA para “existir”.

No quiero hablar en esta columna de cantidades, ni cuánto les corresponde a los agremiados. Lo que quiero hacer, es invitarlos a que reflexionen y se percaten que permitir a estos líderes de pacotilla hacer lo que les venga en gana -por “miedo a perder el empleo”-, los está llevando a perder una contraprestación que les pertenece a ustedes, y no a los líderes, quienes no están padeciendo las consecuencias que dan origen a dicho claim.

Hablaré primero del STIA, que aceptó cambiar las condiciones del Contrato Colectivo de las sobrecargos de Aeroméxico Connect, pasándose “por el arco del triunfo” una votación mayoritariamente negativa; eso es no tener abuela, y peor aún que la propia Secretaria del Trabajo y Previsión Social lo haya convalidado, a pesar de las denuncias presentadas, no solo en redes sociales, sino mediante escritos de las propias trabajadoras entregadas en su dependencia gubernamental.

Evidentemente, si la dirigencia sindical violentó la votación de sus agremiadas, en el tema de Claim, será opaco y omiso también con la entrega de los recursos. Es más, no dudarán en hacer todo lo posible por llevárselas al baile, así de sencillo. Y es que hay una clara “falta de voluntad” -por decirlo decentemente-  de la autoridad laboral en defender a la clase trabajadora.

Ahora bien, la historia del Claim en ASSA no es muy distinta a lo que pasa en el STIA, más bien como que van de la mano. Sin embargo, los puntos a resaltar con estos actores perversos son, más bien, diferentes, y hay que señalarlos: la “misteriosa” dirección en donde fue entregado el Claim; según Ricardo Del Valle se debió a un error, que se corrigió en los Dockets del Capítulo 11, pero sólo un imbécil le daría la razón, pues a esa dirección de la calle de San Francisco, es la misma en la que la empresa Aeroméxico reporta haberle entregado una camioneta en “comodato”.

¡No señores!, no se trata de un error que se corrija con goma azul, y ya. Esto es gravísimo. Yo pregunto: ¿no hay un solo sobrecargo que le cuestione a Ricardo la causa, razón y motivo de la utilización de ese despacho en la calle San Francisco en la colonia Del Valle?, ¿por qué el Secretario General tiene un despacho en esa dirección?, ¿por qué le llegó ahí la camioneta en comodato?, ¿por qué llegó a esa misma dirección el dinero del Claim, y no al sindicato?

De verdad, compañeros, Ricardo Del Valle se burla en su cara, y ustedes impávidos ¿no hacen nada?, ¿acaso van a seguir la misma tónica en la política del país, reduciendo todo a pensar únicamente en el tema electoral? Si es así, van por un muy mal camino, y de una buena vez se los digo -porque mi pecho no es bodega-, Ricardo está trabajando en su reelección y va como cuchillo en mantequilla porque no hay un solo sobrecargo activo de Aeroméxico que le ponga un alto al farsante y falsario del quinto piso de Patricio Sanz.

Es increíble que a la llegada de la nueva representación sindical, estén más preocupados por “no regarla” a arriesgarse a traer frito a Ricardo y su gente. Los que deberían de estar muertos de miedo son los anquilosados representantes corruptos, afines a Ricardo, y no al revés.

A mi no me corresponde un solo centavo de los CLAIMS, pero son muchos los compañeros que se acercan a preguntarme sobre el tema. Ese dinero, que no hicieron líquido, ya fue convertido en acciones, pero desconocemos de qué tipo de acción estamos hablando, y es que no hay información clara al respecto. Y es totalmente comprensible que yo no tenga esa información, pero ustedes compañeros de Aeroméxico, ¿qué pasó?, ustedes deberían tenerlo claro. Esa es la razón de que una buena parte de sus cuotas sindicales se estén destinando a pagar mensualmente “asesoría financiera” (250 mil pesos al mes), ¿no es así?

No solo es absurda la enorme opacidad con la que Ricardo Del Valle maneja el sindicato. Se vuelve insultante la manera en que el Secretario General usurpa funciones de otras carteras; Ustedes mismos los reconocen: nada se mueve sin su venia.

Pero ello no es responsabilidad exclusiva de este ser acomplejado y gris; en gran medida es también su responsabilidad, compañeros, porque siguen creyendo que si hablan, preguntan o señalan, los corren, ¿en serio no han leído las noticias internacionales sobre la crisis que hay de personal aeronáutico?

Están en un momento ideal para exigir lo que les corresponde; Ricardo Del Valle no es dueño de las acciones; son de ustedes, porque son ustedes quienes están padeciendo el “convenio”. Lo pongo entre comillas porque un verdadero convenio es un acuerdo de voluntades, de las dos partes que lo celebran. Este “convenio” se lo dictó la empresa a Del Valle, y ustedes lo votaron sin posibilidad real de modificarlo. Y aunque sea doloroso para ustedes reconocerlo, el convenio no salvó a la empresa de su crisis, consecuencia de la pésima y negligente administración de Andrés Conesa.

Si ustedes compran ese discurso, yo ya no puedo hacer nada; dice el dicho “el que por su gusto es buey, hasta la coyunda lame”. Sé que no les estoy hablando bonito y esa no es mi intención, pero quiero que se les revuelva el estómago, que se enfaden, que griten de coraje y que tomen acción. Es por su propio bien.

Y de las sobrecargos de Aeroméxico Connect no tengo duda, ellas tienen los arrestos que a los sobrecargos de ASSA les faltan. Parece una desventaja que son poquitas, y por eso la autoridad las ignora, pero su ímpetu, tesón y alma aguerrida serán recompensadas si mantienen la unidad, actitud crítica y la frente en alto.  

P.D. Un reconocimiento sincero a aquellos compañeros que no tienen miedo de luchar y que entienden que los nuevos representantes no tienen poderes mágicos, que se requiere de una sinergia entre la base y la nueva representación sindical, gracias a ellos por no amedrentarse, no importa cuántas veces los citen en Relaciones Laborales o en el quinto piso de ASSA.

 

Ximena Garmendia

12 de junio de 2022

 

 

 

05 junio 2022

La salud mental y los trabajos aeronáuticos

 

La salud mental y los trabajos aeronáuticos

Mientras hacía el desayuno en mi casa, me invitaron a ver un documental “Resiste Residente” enfocado en explorar la salud mental y el papel de los residentes médicos en el sistema de salud mexicano. Con una duración de 23 minutos, expone de manera muy precisa las condiciones en las que laboran en diferentes hospitales de nuestro país, pero que todavía no son médicos especialistas y con base.



Y en este recorrido, el paralelismo que pude encontrar con el medio aeronáutico es gigantesco. Antes de entrar de lleno a ello, hablemos de la salud mental, en términos generales.

El gobierno de nuestro país poco se ha preocupado por la salud mental de sus habitantes; a duras penas podemos decir que la mayoría somos una especie de “sobrevivientes”, y que la gran capacidad que tenemos de mutar y adaptarnos es lo que nos permite, como país, salir adelante, pero ni por asomo podemos decir que eso sea lo mejor. Con ese poco -y a veces nulo- acceso a un sistema digno de atención médica, la salud mental se ha visto relegada, porque primero hay que comer, y broncas mentales las tenemos todos. Triste pero cierto.

En el ámbito de los trabajos dentro de la aviación, los niveles de estrés que se manejan son muy altos; eso y los malos salarios, así como las jornadas extenuantes generan un caldo de cultivo “perfecto” para el deterioro de la salud mental.

Sé que no es exclusivo de nuestra industria, y que se repite en los diferentes trabajos, pero me enfocaré sólo en el grupo que conozco como la palma de mi mano: los sobrecargos. Quisiera contarles mi experiencia personal, y es que, a pesar de los exámenes médicos anuales en medicina de aviación, nunca fui diagnosticada.

Ahora sé que sufro de ansiedad, me dan ataques que me paralizan, pero mientras estuve volando y trabajando en mi sindicato, nunca lo supe. En varias ocasiones llegué a desmayarme en la sede sindical, una vez durante el recuento de unas elecciones para un cargo de Tribunal. Se había llevado a cabo en el cuarto piso, estaba cantando los votos cuando todo se puso negro a mi alrededor y “me fui”; por supuesto no faltó quien dijera que “me estaba haciendo mensa”, pero desde que comencé a cantar las votos sentí la falta de aire, tenía un nerviosismo que no podía explicar, y unas ganas inmensas de salir corriendo.

Ahora lo puedo decir, tuve un ataque de pánico, y nadie supo qué hacer. En otra ocasión el recuento duró dos días, porque se elegían dos terceras partes de los cargos en la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA). Al final, después de medio dormir una hora, y estar más de 24 horas despierta, me dio otra vez un ataque de pánico. De nueva cuenta, no faltó quien aseguró que era porque no quería hacer mi trabajo.

Años después, tras dejar mis funciones en ASSA, comencé a trabajar como auxiliar de la Unidad de Comunicación Social de una dependencia gubernamental. Un día esperando el metro, me entró un ataque de pánico, no podía dejar de llorar, inexplicablemente de pronto me entró miedo, un miedo irracional a morir, y llorando llegué con una policía que se quedó conmigo hasta que me calmé, no me soltó y después de muchos minutos pude continuar mi camino a casa.

Otra ocasión mientras manejaba, comencé a llorar sin poder parar; la angustia de no poder ver con claridad, y eventual accidente se combinó con la angustia y la desesperación de no saber qué hacer. Luché contra el sentimiento de pesadez que me invadía, y logré llegar a mi casa, prácticamente “por instrumentos”.

Alarmados en mi casa porque no sabían qué hacer ante mis ataques de pánico -que llegan sin avisar-, tomé terapia neurofeedback. Estuve medicada por espacio de seis meses para controlar mi ansiedad; hoy sé que no se cura, que no puedo luchar contra ella, que cuando sienta un ataque tengo que dejarlo pasar y empezar a respirar despacio; si me dan ganas de llorar, hacerlo y no reprimir los sentimientos. El resultado es que cada vez son menos frecuentes los ataques y llevo una vida normal, ya no me paraliza el pensar que “de la nada” me puede dar un ataque de ansiedad.

Tengo una gran ventaja: no vuelo. Sin embargo, no puedo dejar de pensar en mis compañeros que actualmente están volando. Tengo datos duros de sobrecargos de Aeroméxico están presentando cuadros de depresión y de ansiedad, y por lo mismo está aumentando el consumo de sustancias indebidas para mitigar los problemas mentales que presentan los sobrecargos.

A la empresa parece no importarle la salud mental de su personal; mientras saquen el trabajo, y no se quejen de la poca paga, todo camina sobre ruedas. Pero es precisamente el estrés al que están sometiendo a su personal, la presión por no llegar a fin de mes, y que tienen que hacer malabares para poder cumplir con sus compromisos adquiridos, sin olvidar que quien debería de defenderlos, o sea el sindicato, no lo hace, sino todo lo contrario.

Estamos empujando a que alguno de estos trabajadores tenga un muy mal día y pueda ocurrir una tragedia, que se puede prevenir. La salud mental de los tripulantes es vital, un sobrecargo deprimido, que no ve la salida, no le importará realizar alguna imprudencia, con tal de terminar su sufrimiento.

Tal vez hasta que suceda, Aeroméxico se tomará en serio el tema de la salud mental de sus sobrecargos. Entonces será el recurso de “ahogado el niño, tapamos el pozo”. Es increíble que ni empresa ni sindicato no estén cuidando a sus trabajadores y agremiados, respectivamente.

Todo porque el sindicato dejó de ser un ente que velaba por el bienestar de sus trabajadores, comenzando con el tema de los salarios dignos. Tan sólo el último estudio de fatiga que se hizo en el sindicato está a punto de cumplir 30 años, elaborado en 1994 en conjunto con el IMSS. Desde entonces y hasta ahora no existe otro estudio serio sobre la salud mental de los tripulantes de cabina de ASSA.

Como lo dije, este grupo de trabajadores es una pequeña muestra, pero lo mismo sucede con los sobrecargos de otras compañías y otros sindicatos, como con pilotos, tráfico, rampa, operaciones y el cargo que ustedes quieran mencionar dentro de la industria aérea.

Regresando al documental, hay una parte en la cual un ex Secretario de Salud reconoce “sí se paga mal a los médicos, pero se paga mal en todo el país”, y yo pregunto ¿acaso debemos resignarnos a que todos les paguen mal?, no importa si hablamos del sector público o privado, ¿hasta cuándo entenderán las empresas que no pueden seguir mal pagado a sus trabajadores?, ¿tenemos en puerta una nueva revolución laboral?

En otro documental, “Los trabajos y los días”, podemos ver los testimonios de personas de distintas profesiones y oficios, quienes dan su punto de vista acerca de aspectos que tienen que ver con su ámbito laboral. Se encuentra disponible en Filminlatino, es una serie de 10 capítulos realizada en 2012. De ahí quiero destacar la idea de que en materia de derechos laborales hemos involucionando como sociedad, hasta estar en un punto como si estuviéramos en el siglo III después de Cristo, en un estado feudal, dando gracias por tener trabajo.

La de la Salud es otra rama productiva completamente distinta a la aeronáutica, pero yo reflexiono sobre qué tan mal estamos, que cada vez somos más siervos de nuestros amos, y por qué cada vez tenemos menos poder y voz para hacer valer nuestros derechos. Un catálogo de prerrogativas que se obtuvieron gracias a la revolución industrial; por eso mis cuestionamientos, ¿qué más se necesita para dar un golpe en la mesa del patrón y decir ya basta?, ¿hasta cuándo seguiremos permitiendo la pauperización de los empleos en la industria aeronáutica?

Y lo más importante, ustedes compañeros, ¿hasta dónde están dispuestos a esperar para defender sus derechos laborales?, ¿Hasta dónde permitirán el deterioro de su salud mental? Preguntas que aplican para todas las áreas dentro de la aviación.

 

Ximena Garmendia

5 de junio de 2022