Opinión de
Despegues y Aterrizajes(Rosario Avilés | )
Aviación: trabajo especializado y seguridad
Rosario Avilés | Opinión
Martes 16 de Marzo, 2010 | Hora de modificación: 01:26
Se ha dicho ya en muchos foros, pero tal parece que no es bastante: la falta de atención a la fuerza laboral va a llevar al desastre al actual modelo económico. Y es lógico, no es posible que la economía se enfile a bajar costos (de los cuales el "costo" laboral es el primero, lo que significa salarios insignificantes y cada día menos empleados) para producir muchos productos muy baratos que no habrá nadie que compre, porque los posibles compradores o están desempleados o ganan muy poco.
Este esquema puede parecer muy jugoso de manera aislada. Una empresa baja costos al mínimo alegando beneficio para sus consumidores, pero esta estrategia tomada en el colectivo tiende a producir desempleo y bajo poder adquisitivo: pocos consumidores y poco dinero para adquirir bienes, es decir, es la serpiente que se muerde la cola.
En el caso de los trabajadores de la aviación, el asunto se vuelve todavía más complicado. Todas las empresas serias saben que el principal atributo que vende el transporte aéreo es la seguridad y los tripulantes y personal de mantenimiento son precisamente quienes garantizan esa seguridad. De ahí que no se pueda atentar contra esta variable sin atentar al mismo tiempo contra el núcleo del negocio. Pero vayamos por partes (como suelen decir los de la colonia Buenos Aires).
Recientemente han ocurrido algunas cosas que llaman la atención en este sentido. Por una parte, ciertos accidentes de aviación regional en los Estados Unidos han provocado las consiguientes investigaciones y en ellas ha salido a la luz la variable de la fatiga de los tripulantes derivada de trabajos extra para cubrir su necesidad de completar el salario. A ello se aúna el estrés provocado por la incertidumbre en el empleo y las presiones del entorno, lo cual se convierte en un factor de riesgo.
Hace unos meses, el vocero de los pilotos de British Airways explicaba que, de seguir las condiciones laborales en el mismo tenor, la aviación se convertiría en una "profesión de paso", es decir, un empleo temporal mientras se accedía a profesiones de mayor satisfacción salarial y profesional, vista la manera como las aerolíneas han tratado a sus tripulantes, presionando el costo laboral como si este factor fuera del mismo calibre que el costo de los cacahuates a bordo.
Pero este punto es fundamental para el factor seguridad. Una de las muchas variables que hace seguro el transporte aéreo es la experiencia y los adiestramientos continuos que tienen sus tripulantes. Recordemos, por ejemplo, el caso de Chesley B. "Sully" Sullenberger, comandante del vuelo 1549 de US Airways en enero del 2009. Fue su pericia obtenida en los entrenamientos y experiencia lo que le permitió hacer frente a la emergencia y salvar las vidas de sus pasajeros.
Si las aerolíneas desprecian la experiencia y permiten que esta profesión se convierta en un empleo de paso habrán perdido algo más que gastos y los más grandes perdedores serán los usuarios del transporte aéreo porque lo más caro de todo es la vida humana.
Por ello es notable que en las semanas recientes se estén dirimiendo estas cuestiones en aerolíneas tan importantes como Lufthansa y British Airways. La propia Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) ha reconocido que los costos laborales han descendido notablemente en las aerolíneas, pero todo tiene un límite.
Y los tripulantes, que han sabido ser solidarios con sus empresas, también saben que el futuro de su profesión está en juego si la espiral de bajar salarios sigue corriendo sin sentido. De ahí que haya llegado el momento de replantearse lo que ocurrirá en el futuro con esta variable.
No es sólo un asunto de dinero, es un tema profundo que tiene que ver con la sobrevivencia de las empresas. En su afán de ser iguales a las de bajo costo, las aerolíneas tradicionales están perdiendo sus ventajas competitivas, mientras hay gobiernos —como el nuestro— que son incapaces de ver la diferencia y combinar ambos modelos para garantizar el futuro de la aviación. Y, para colmo, tampoco hay conciencia de lo que laboralmente implica la alta especialización. Para limpiar el agua sucia (con la que han hecho alianza preferencial) pretenden segar la fuente de la que mana el sindicalismo. ¡Ay, Felipe!
raviles_2@prodigy.net.mx
Despegues y Aterrizajes(Rosario Avilés | )
Aviación: trabajo especializado y seguridad
Rosario Avilés | Opinión
Martes 16 de Marzo, 2010 | Hora de modificación: 01:26
Se ha dicho ya en muchos foros, pero tal parece que no es bastante: la falta de atención a la fuerza laboral va a llevar al desastre al actual modelo económico. Y es lógico, no es posible que la economía se enfile a bajar costos (de los cuales el "costo" laboral es el primero, lo que significa salarios insignificantes y cada día menos empleados) para producir muchos productos muy baratos que no habrá nadie que compre, porque los posibles compradores o están desempleados o ganan muy poco.
Este esquema puede parecer muy jugoso de manera aislada. Una empresa baja costos al mínimo alegando beneficio para sus consumidores, pero esta estrategia tomada en el colectivo tiende a producir desempleo y bajo poder adquisitivo: pocos consumidores y poco dinero para adquirir bienes, es decir, es la serpiente que se muerde la cola.
En el caso de los trabajadores de la aviación, el asunto se vuelve todavía más complicado. Todas las empresas serias saben que el principal atributo que vende el transporte aéreo es la seguridad y los tripulantes y personal de mantenimiento son precisamente quienes garantizan esa seguridad. De ahí que no se pueda atentar contra esta variable sin atentar al mismo tiempo contra el núcleo del negocio. Pero vayamos por partes (como suelen decir los de la colonia Buenos Aires).
Recientemente han ocurrido algunas cosas que llaman la atención en este sentido. Por una parte, ciertos accidentes de aviación regional en los Estados Unidos han provocado las consiguientes investigaciones y en ellas ha salido a la luz la variable de la fatiga de los tripulantes derivada de trabajos extra para cubrir su necesidad de completar el salario. A ello se aúna el estrés provocado por la incertidumbre en el empleo y las presiones del entorno, lo cual se convierte en un factor de riesgo.
Hace unos meses, el vocero de los pilotos de British Airways explicaba que, de seguir las condiciones laborales en el mismo tenor, la aviación se convertiría en una "profesión de paso", es decir, un empleo temporal mientras se accedía a profesiones de mayor satisfacción salarial y profesional, vista la manera como las aerolíneas han tratado a sus tripulantes, presionando el costo laboral como si este factor fuera del mismo calibre que el costo de los cacahuates a bordo.
Pero este punto es fundamental para el factor seguridad. Una de las muchas variables que hace seguro el transporte aéreo es la experiencia y los adiestramientos continuos que tienen sus tripulantes. Recordemos, por ejemplo, el caso de Chesley B. "Sully" Sullenberger, comandante del vuelo 1549 de US Airways en enero del 2009. Fue su pericia obtenida en los entrenamientos y experiencia lo que le permitió hacer frente a la emergencia y salvar las vidas de sus pasajeros.
Si las aerolíneas desprecian la experiencia y permiten que esta profesión se convierta en un empleo de paso habrán perdido algo más que gastos y los más grandes perdedores serán los usuarios del transporte aéreo porque lo más caro de todo es la vida humana.
Por ello es notable que en las semanas recientes se estén dirimiendo estas cuestiones en aerolíneas tan importantes como Lufthansa y British Airways. La propia Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) ha reconocido que los costos laborales han descendido notablemente en las aerolíneas, pero todo tiene un límite.
Y los tripulantes, que han sabido ser solidarios con sus empresas, también saben que el futuro de su profesión está en juego si la espiral de bajar salarios sigue corriendo sin sentido. De ahí que haya llegado el momento de replantearse lo que ocurrirá en el futuro con esta variable.
No es sólo un asunto de dinero, es un tema profundo que tiene que ver con la sobrevivencia de las empresas. En su afán de ser iguales a las de bajo costo, las aerolíneas tradicionales están perdiendo sus ventajas competitivas, mientras hay gobiernos —como el nuestro— que son incapaces de ver la diferencia y combinar ambos modelos para garantizar el futuro de la aviación. Y, para colmo, tampoco hay conciencia de lo que laboralmente implica la alta especialización. Para limpiar el agua sucia (con la que han hecho alianza preferencial) pretenden segar la fuente de la que mana el sindicalismo. ¡Ay, Felipe!
raviles_2@prodigy.net.mx