La revisión salarial fue de Aeroméxico
En esta ocasión la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación de México
(ASSA) no fue la encargada de llevar a cabo la revisión salarial de su Contrato
Colectivo de Trabajo. Y es que lo mal empieza mal termina, así de sencillo.
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Asamblea declarada en permante en ASSA para ver lo concerniente a la revisión en su aspecto salarial |
A quien le compete emplazar a huelga, con motivo de revisar el salario, es
a quien detenta el contrato, esto es al sindicato; pongan mucha atención en
este punto, y va de nuevo para que les quede claro: es al sindicato a quien le
compete emplazar a huelga, a través del procedimiento jurídico establecido, ante
las autoridades laborales del país, y no a la empresa, y en los hechos fue todo
lo contrario.
¿En qué baso mi dicho?, muy simple, lo hago en el “comunicado” que tuvo a
bien redactar la Jueza de Distrito especializada en materia laboral, adscrita
al Tribunal Laboral Federal de Asuntos Colectivos, con sede en la Ciudad de
México. Ahí la juzgadora dejó bien claro quiénes llevaron las mesas de
negociación, y no, no fue el sindicato, sino Aeroméxico.
Procedamos a desmenuzar lo que dice el escrito de la juez Milene Montero
Álvarez, quien por cierto fue candidata en las Alcaldías Iztacalco y Venustiano
Carranza -en la boleta amarilla- para continuar como juez laboral.
Empieza su escrito zanjando que no se puede negociar sobre las condiciones
laborales porque esta revisión es estrictamente salarial. El siguiente punto
que aborda es el de los contratos a los cuales llama “anexos”, el A y el B. No
sé si la juez lo tiene claro, pero Ada sí, y es que se supone se trata de “un
solo contrato”, por lo menos ese siempre fue el discurso de Ricardo Del Valle, y
que por eso siempre usaron el eufemismo de “anexo B”, para referirse a lo que
hoy la administradora de justicia considera que es otro contrato.
Lo mejor (o lo peor, según se mire), es que ya no importa aquella máxima en
nuestra constitución que reza: “a trabajo igual, salario igual”, y dice la
juzgadora que tratar de que las condiciones laborales sean las mismas es
imposible porque ya es “cosa juzgada” y no se puede cambiar. Así, sin
mayor explicación, y por lo que menciona en su comunicado, ASSA está totalmente
de acuerdo con ello.
Con esto queda claro que el sindicato avala que tiene sobrecargos de
primera, con condiciones laborales, prestaciones y salarios superiores a los que
perciben los sobrecargos de quinta. Sí, ellos cuyo salario tabular
cambia cada 10 años y que su ingreso salarial no llega ni a dos salarios
mínimos, sino que se les paga el 1.8.
Ahora, en el siguiente punto la juez menciona que Aeroméxico expresó que en
los últimos tres años no ha repartido beneficios a sus inversionistas; sin
embargo, gracias a que Aeroméxico pasó por el Capítulo 11, y que en el vecino
país la información es pública, pude consultar los estados financieros
intermedios consolidados no auditados del 31 de marzo del 2024 “Información
Financiera Intermedia”, o NIC 34, y nuestros estados financieros consolidados
auditados históricos al 31 de diciembre de 2023, 2022 y 2021… de conformidad con
las Normas Internacionales de Información Financiera, emitidas por el Consejo
de Normas Internacionales de Contabilidad, o Consejo de NIC, o NIIF.”
Y de hecho aborda un tema por demás interesante: Aprobación de la DGIE (Dirección
General de Inversión Extranjera), que con fecha del 22 de marzo del año pasado, Aeroméxico modificó sus estatutos “con el fin de, entre otras cosas, reflejar las
disposiciones aplicables a una empresa pública en México y añadir disposiciones
para que los inversionistas mexicanos, en todo momento, nos controlen, según lo
exige la Ley de Inversión Extranjera”. Tal y como se puede leer en el documento
en cuestión, fue aprobada “la forma corporativa de una S.A.B. de C.V.
(Sociedad Anónima Bursátil de Capital Variable), que es la forma corporativa
que debemos tener para registrar nuestras acciones en el RNV de la CNBV”.
Me sorprende que los compañeros sobrecargos que hoy fungen como
representantes sindicales no investiguen absolutamente nada sobre qué es lo que
hace su empresa. Sabemos que cuando hay una revisión, uno de los puntos que se
le solicitan a la empresa es precisamente que publique sus estados financieros,
para que el sindicato arrastre el lápiz, y contraste para ver si son correctos los
datos que le proporcionó la empresa.
Así que en este punto tenemos que creerle el discurso a la aerolínea, porque
no hay ninguna investigación o trabajo por parte del sindicato que corrobore el
dicho de Aeroméxico. Y este discurso que le dieron a la juez, es el que
reciclan cada año, dejando a un lado la pandemia de Covid 19. A mí me tocó
negociar con la empresa en 2007, 2008, 2009, por lo menos, y siempre es el
mismo discurso: “nunca hay lana”.
Justamente aquí es donde el escrito de la juez nos deja ver que el
sindicato ni las manitas metió, pues el gremio nunca argumentó que
Aeroméxico cambió de branding, renovó uniformes e imagen, ha estado invirtiendo
en equipos y rutas nuevas y no solo eso, el año pasado fue la “Aerolínea de
las Olimpiadas Paris 2024”; ¿y ahora dicen no les alcanza para cubrir la
nómina de los sobrecargos, que es apenas el 3% del costo total de la operación?
Pero nadie de la representación sindical hizo esos cuestionamientos, y si
los hicieron no sirvieron de nada, porque la Juez claramente dice: “Dentro
de las pláticas conciliatorias que se han desahogado por las partes […] se han
definido diversos planteamientos…”
Ahora vamos con el tema del reparto de utilidades, en el que yo veo a una
juez hecha bolas, diciendo -otra vez, según las cifras que mostró
Aeroméxico- que como bajó la demanda de pasaje en el primer trimestre del año
2025, pues no, “no hay” para conceder el aumento que piden los sobrecargos.
Pero tal parece que ASSA no sabe que una revisión es a un año, y debe tener
a la mano las cifras de cómo le fue durante todo un año, y no usar las cifras
del primer semestre de 2025. Yo sí recuerdo los titulares de diferentes medios diciendo
que el 2024 había sido el mejor año de Aeroméxico, y que les había ido “increíble”.
El problema radica en que los representantes de los sobrecargos han
sido incapaces de que los terrícolas
entiendan la naturaleza del trabajo. ¡Señores!, la paga no es por su bonita
cara, es porque su labor está enmarcada dentro de los trabajos especiales de la
Ley Federal de Trabajo, porque a diferencia de un empleo de oficina, en el caso
de las tripulaciones, trabajan en un ambiente 100% artificial.
Además, no tienen horarios establecidos, y peor aún, se alimentan cuando
pueden y de lo que pueden. Famosos fueron los sobrecargos del Contrato B que
cocinaban salchichas en las planchas de los hoteles. Su salud se ve alterada y
recobrarla tiene un costo, que se debe pagar; porque es lo justo, si los
sobrecargos exponen su salud en aras de brindar seguridad en los vuelos, la
remuneración debe ir en ese sentido.
No me parece extraño que la juez no alcance a comprender estas
circunstancias, pero que los propios sobrecargos no entiendan cuál es la
naturaleza del trabajo, me parece increíble e inaudito. Sabemos que Aeroméxico
se pone en su papel, ese es el rol que le toca jugar dentro de las
negociaciones, y tengo que felicitarlos porque les sale divino.
A quienes, al contrario, no felicito y sí censuro es a los líderes
sindicales quienes solamente acudieron a escuchar a su empresa en las mesas de
negociación y no hicieron absolutamente nada.
Cierro con lo que empecé, en esta revisión quien llevó las riendas fue
Aeroméxico. ASSA solamente fue de espectador, al grado que la juez terminó
siendo quien le comunicase a la base de sobrecargos, qué fue lo que se habló en
las mesas de negociación, ante la impericia de mi sindicato de hacer esa labor,
que por cierto le corresponde.
Con esta revisión queda claro que hay dos tipos de sobrecargos, los de
primera y los de quinta. Y los de primera les están “liquidando” el contrato
sin que les den un centavo. En fin, que cada quien con su pan se lo coma.
Ximena Garmendia
8 de junio de 2025