20 julio 2025

Sobrecargos de Aerolitoral, reinstaladas en Aerovías

 

Sobrecargos de Aerolitoral, reinstaladas en Aerovías.

A este caso se le deben poner reflectores, por las graves consecuencias para los sobrecargos al servicio de Aerovías de México (Aeroméxico por su nombre comercial), pues se está violando el Contrato Colectivo de Trabajo y lo más grave: es el propio sindicato quien lo hace, la entidad que debería velar por la irrestricta aplicación del mismo.



Vayamos al inicio de esta historia, que nace en 2023, cuando una sobrecargo de Aerolitoral (Aeroméxico Connect por su nombre comercial) fue despedida, ¿el motivo? Según las declaraciones de la empresa “por tomarse selfies con el uniforme arriba de una aeronave de la aerolínea, estando en servicio”.

Según los datos a los que tuve acceso de este juicio, cuando la sobrecargo en cuestión estaba firmando su recisión de contrato, escuchó una voz que le dijo y cito textual “y también te vas por estar de líder sindical”.

Esto en referencia a que andaba “alborotando a sus compañeros”, es lo que se da a entender. Esto ocurrió en julio de 2023, pero fue hasta el 25 de octubre de ese mismo año que la sobrecargo de Connect demandó -entre muchas otras cosas- su reinstalación.

Aquí comienzan las “cosas curiosas”, pues resulta que la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación de México (ASSA) puso a su disposición todo su cuerpo jurídico, a pesar de que la demandante no es agremiada al sindicato, y evidentemente no paga cuotas sindicales; esto es, recibió apoyo jurídico de forma “gratuita”. Todo, sin que se le informara de tal hecho al órgano máximo del sindicato, que es la asamblea.

Yo me pregunto ¿ese mismo trato nos daría el sindicato a los sobrecargos agremiados que no estamos en Aeroméxico? ¡Por supuesto que no!, es más, incluso en muchas ocasiones nos han negado la entrada si es que no tenemos “cita”, una jalada que se inventó con Ricardo Del Valle, y Ada continuó con esa “mala praxis”.

Un dato curioso es que Aerolitoral, la empresa demandada, no “metió ni las manitas” para defenderse, no solo al no dar contestación a la demanda entablada en su contra, sino que tuvo una tibia (por no decir “indolente”) participación en el resto del juicio.

Desconozco si es una estrategia jurídica, pero derivado de su inacción (no contestando la demanda, ofreciendo pruebas no idóneas, formulando preguntas irrelevantes, dejando imperfecta una fe de hechos notarial, y sin objetar el alcance y valor probatorio de las pruebas de la demandante, y formulando alegatos que realmente eran una transcripción de partes del expediente), prácticamente el juicio caminó “solito”, y ante tal inacción, la sobrecargo de Aerolitoral terminó ganado su reinstalación, el pago de salarios caídos, y 30 prestaciones “extra”.

El juez incluso fue más allá, y le exigió a Connect que además de todo lo anterior, exhibiera una disculpa pública. Ahí es cuando Aerolitoral “brinca”, pero ya con una sentencia definitiva, solo le quedaban dos recursos por intentar: el llanto o el juicio de amparo.

Opta por lo segundo, y finalmente, en febrero de este año, el Quinto Tribunal Colegiado de Distrito, dictó sentencia dejando insubsistente dicha sentencia, ¡pero!... (y estas son las delicias por las que cobran los abogados) ordena que se dicte otra en la que no se pueden tocar ni modificar algunos puntos de la sentencia impugnada.

En resumen, no se podrá tocar nada de lo que la sobrecargo ya había ganado (su reinstalación, pago de salarios caídos, vacaciones, etc.) con excepción de dos puntos: uno muy pequeño, referente a la actualización del pago de una prestación, y otro más relevante: absolvió a Connect de emitir la disculpa pública.

Esto es, Connect pierde el amparo respecto a todo lo que ya había ganado la sobrecargo, pero en lo único en que la autoridad “cede” es en que ya no tiene que disculparse públicamente por haber corrido de forma injustificada a la sobrecargo.

Así que el expediente regresó al tribunal de origen y la nueva sentencia salió el 4 de marzo de este año. Los Magistrados resolvieron en el juicio de amparo que por ningún motivo podría modificarse la reinstalación de la sobrecargo en su empresa, es decir, en Aerolitoral.

Es de sentido común que resulta imposible que tal reinstalación fuera en una empresa diferente, como Aerovías de México. Imagínense que sin ser parte de un litigio, un juez ordena a Aeroméxico a “reinstalar” (en realidad es “contratar) a una sobrecargo con la que no tiene relación laboral. ¡No tiene sentido!

¿Por qué Ada afirma que fue el juez quien dictó esa orden? Porque esa es la versión que quiere venderles a los sobrecargos de Aerovías; en su obnubilada mente cree que ese “argumento” basta y sobra para que los sobrecargos de Aerovías no digan nada y acepten “calladitos y bonitos” que la sobrecargo “reinstalada” conserve la antigüedad y nivel de escalafón que mantenía no solo en una empresa diferente, sino en un sindicato distinto. Ada Salazar está convencida de con un “porque lo digo yo” los demás sobrecargos no van a demandar a ASSA de México.

La experiencia nos dice, porque ninguno nacimos ayer, que se firmó un convenio de reinstalación/cesión/contratación. No sabemos a cambio de qué Aerovías acepta colocar en sus filas a la sobrecargo de Aerolitoral. Monedas de cambio se me ocurren muchas:  una de ellas sería que la sobrecargo renunciara -en todo o en parte- a los pagos ordenados en la sentencia. Si yo fuera Connect, es lo menos que pediría después de la “bailada” que me pusieron en tribunales.

La sentencia del juicio de amparo no deja lugar a dudas, ni cabe la interpretación. Dicta que en la nueva sentencia se ordene reinstalación de la trabajadora, respetando su escalafón y antigüedad, pero en la empresa que fue demandada: Aerolitoral, S.A. de C.V. Otro gallo cantaría si el documento dijera “… o en cualquiera otra que forme parte de Grupo Aeroméxico…”

Sin embargo, cualquiera que haya pisado un juzgado en este país, sabe que lamentablemente es más fácil y rápido (ganar o perder) un litigio fuera de los tribunales.

En el tiempo que el expediente regresó al Juez de origen, y éste dictaba una nueva sentencia, el jurídico de Connect tuvo bastante margen para “negociar” con las otras “monedas de cambio”. Ahora bien, hay de negociaciones a negociaciones. Uno decide si quiere jugar en un tablero de ajedrez, con todas las piezas a la vista de todos, o si se quiere jugar como tahúr de póker, sin mostrar las cartas, y guardando ases bajo la manga.

¿Cuál fue el costo real de la reinstalación de la sobrecargo? No lo sabemos porque de forma caprichosa y arbitraria, la Secretaria General sigue sin informar a la Asamblea, ni al Comité Ejecutivo, quien de manera expresa le ha pedido cuentas.

Se hizo público que cuando están dando un curso de inducción sindical a un grupo clave 25 de sobrecargos que está por entrar en Aerovías, salta una clave número 17. En efecto, se trata de la chica de Connect que ganó la reinstalación pero en su empresa, no en Aeroméxico.

Y al reclamarle por dicha inseguridad a la Secretaria General Ada Hermelinda Salazar Loza, cínicamente responde que no va a tocar el tema, faltando a sus obligaciones estatutarias de informar, en este caso a los integrantes del Comité Ejecutivo por todas sus dudas respecto al juicio de reinstalación.

Palabras más, palabras menos, dijo: “nosotros no fuimos parte en el juicio, hagan lo que crean conducente y pidan el expediente al juez”. ¡Por fin! ¿somos o no somos?

Fue con recursos económicos de los sobrecargos de Aeroméxico que se pagó la asesoría jurídica a una sobrecargo que pertenecía al STIA. Ada, te aviso que eso fue lo que la sobrecargo declaró al desahogar su prueba confesional en el proceso laboral. Si eso no es verdad, ¿quién de ustedes dos está mintiendo?

Compañera Ada Salazar ¿Tú crees que los sobrecargos quieren que un santo al frente de ASSA? No quieren un ser de luz, a un ente prístino e inmaculado. Para nada… Lo que quieren es una persona que de verdad los represente, que respete y haga valer sus derechos.

Que no pisotee su trayectoria, que rinda cuentas y que los trate con el decoro y respeto que se merecen como parte importantísima de una cadena de producción. Pero en este caso los sobrecargos de Aeroméxico han financiado una reinstalación apócrifa, con cargo a sus bolsillos y en detrimento de su antigüedad y escalafón.

Por este motivo los compañeros de Aerovías están en todo su derecho de demandar al sindicato, al ser afectados en su escalafón por meter a una sobrecargo que no pertenece a la troncal y cuya reinstalación debía ser en Aerolitoral. Si hubo otro tipo de negociación, tienen derecho a conocerla. Los pretextos de Ada de que no la iba a “mandar a la boca del lobo”, confirma una de dos cosas, o de plano las dos:

1.- Que Ada tuvo que pedir el enorme favor a Aerovías para no dejar desamparada a quien le estaba ayudando -desde adentro- a jalar el CCT de Connect a ASSA. Un proceso que aún pende de un hilo y que nada garantiza que lo pierda el STIA.

2.- Que Grupo Aeroméxico no respeta en lo absoluto a ASSA y lo ve como un cajón de sastre donde coloca sus agujas y botones a placer, y donde Ada funge como mera comparsa.

En las dos posibilidades Ada sale mal parada, y lo peor de todo es que los más afectados son los agremiados, porque se han conculcado sus derechos, y pasado por encima de ellos con total impunidad. El sindicato debió ser el primero en negarse a tal atropello, pues son claras las múltiples violaciones que se cometen en detrimento de los actuales sobrecargos al servicio de Aeroméxico.

 

Ximena Garmendia
 20 de julio de 2025