22 abril 2015

DE LA COLUMNA DE ROSARIO AVILÉS

Opinion de
(Rosario Avilés)





Última llamada

Mañana miércoles, en la base aérea militar de Santa Lucía, México, el Presidente de la República inaugurará la primera Feria Aeronáutica Mexicana. Aquí se reunirán industria aeroespacial, aviación comercial, operadores, profesionales de la industria y diversas dependencias de gobierno, incluidos la Secretaría de la Defensa y la Fuerza Aérea Mexicana, esta última organizadora de la magnífica iniciativa.
Habrá exposiciones y pabellones de 205 empresas del ramo, exhibiciones aéreas y más de 50 conferencias de diversas especialidades, así como reuniones uno a uno para juntar a empresas que necesitan proveeduría con quienes pueden ofrecerla.
Estamos hablando del primer gran acontecimiento oficial que tiene la industria aeroespacial en México,  a pesar de que sus actividades iniciaron hace más de medio siglo, aunque su gran expansión se ha dado en la última década.
Éste es un muy curioso caso de crecimiento de un sector que nunca ha contado con una política pública federal que la apoye, pero que sí con el apoyo de varios gobernadores y de la industria aérea global. En los últimos tiempos Pro-México le ha dado apoyo para proyectar su crecimiento.
Ha sido así como hoy tiene el lugar número 14 en la lista de proveeduría aeroespacial global, un 6 por ciento del monto. La estrategia de la Federación de Empresas de la Industria Aeronáutica (FEMIA) es pasar de 45 mil empleos actuales a 110 mil en el 2020 y llegar a obtener el 10 por ciento de la proveeduría global que rondará para entonces en los 3 trillones de dólares, de modo que nuestro país podría estar manejando 300 mil millones de dólares y la capacidad de dar empleo de alta tecnología en varios estados de la República.
Pero si queremos que esta idea cuaje, necesitamos que el gobierno federal se ponga a la cabeza y haga de este esfuerzo una política de Estado, donde se incluyan aviación comercial ymilitar, industria aeroespacial, infraestructura aeroportuaria y  capacitación y adiestramiento del personal técnico aeronáutico.
Necesitamos que la aviación y la industria aeronáutica se entiendan como un sector estratégico y prioritario y dejar de pensar aldeanamente que la única salida es plegarnos sin chistar a las políticas ajenas.
Es posible que mañana mismo se dé a conocer el proyecto para relanzar el Centro de Capacitación de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (CIASA), llamado Roberto Kobeh González, en honor del mexicano que más alto ha llegado en el sector aéreo a nivel mundial. Gracias a los esfuerzos de los profesionales de ASA, ahora encabezados por Alfonso Sarabia de la Garza, ahora se pretende ofrecer adiestramiento de tripulaciones con nuevos simuladores de vuelo. Estaremos hablando de ello profusamente.
Mientras tanto, esperemos que al ver el gran potencial de la industria, el gobierno federal proyecte al fin una política pública, explícita y consensada, que le dé a la aviación el lugar que se merece en el concierto nacional. ¿Ultima llamada?
Lo oí en 123.45: Por cierto, desde que nombraron a Marco Rosales como director del MRO de Mexicana de Aviación con la encomienda de hacerlo crecer para venderlo y con ello indemnizar a los trabajadores de esta aerolínea, pareciera que la instrucción hubiera sido la contraria. El MRO cada vez tiene menos clientes, menos recursos y menos viabilidad. No hay nadie que audite, vigile o siquiera oriente. ¡Vaya! Que al menos tuviera manuales para cuidar la seguridad de sus instalaciones que hoy se han vuelto un peligro porque se permite el paso al AICM a quien quiera entrar por sus instalaciones. Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.