26 marzo 2023

La realidad de Mexicana

 

La realidad de Mexicana

“Que es un soplo la vida, que 20 años no es nada”, esta frase queda bien en un tango, pero todavía hay compañeros que creen que “habrá justicia”, para los que 12 años no es nada. Si han tenido la oportunidad de leer la novela “Miau”, de Benito Pérez Galdós, entonces recordará  a uno de los personajes principales: Ramón Villaamil, y tendrán claro que su característica principal es el pesimismo, y que prefiere pensar que sucederá lo peor, para no sufrir una decepción.



Pues exactamente emulando ese personaje, es que yo prefiero plantearme el peor de los escenarios, en lugar de ilusionarme construyendo castillos en el aire, como se llama una canción de Alberto Cortez, también conocida en la bohemia como “la canción del idiota”.

Los hechos nos han demostrado cuál es la realidad: Mexicana de Aviación, junto con sus filiales fue saqueada y nos dejaron en bancarrota. Pretender ignorar esta parte de la historia es un contrasentido banal, pueril y estéril.

En su momento señalé hasta el hartazgo (de alguno de ustedes, no mío) que había que actuar legal, política y mediáticamente contra Grupo Posadas. Hoy por hoy sigo denunciando la publicidad que suben a redes sociales, y jamás me hospedaría en alguno de sus hoteles. Para mí es un principio básico de congruencia, no voy a consumir y dejarle mi dinero (todavía más dinero) a quienes me robaron, así de sencillo.

No ignoro que durante estos 12 años muchos laudos se han ganado; sí, y no sólo el de los sobrecargos jubilados en 2016, sino que también -incluso antes que los sobrecargos jubilados- los trabajadores de confianza ganaron su juicio en 2015, y luego, en 2019 el resto de los trabajadores sindicalizados. Eso no es ningún secreto.

Pero quiero enfatizar que ninguno ha podido cobrarlo. Es más, me atrevo a sentenciar: nunca nadie podrá hacer líquido su laudo. ¿Por qué? Simple y sencillamente porque no hay de dónde hacerlo. ¿Ya les dije que nos robaron y dejaron las arcas vacías? No me gusta, y por supuesto que no puede llamarse “justicia”, pero lo único que nos queda es la marca y algunos bienes, más un fideicomiso que fenece el próximo año.

Así como sé que muchos piensan como yo, entiendo perfectamente que mucha gente no comparta mi punto de vista y esté en desacuerdo. 

Todavía más claro tengo que otro amplio sector de plano ni siquiera lo entiende y están “perdidos” en este laberinto legaloide (sí, lo digo con desprecio) que se ha construido en más de una década de juicios, demandas, amparos, recursos, apelaciones, peritajes, embargos, nombramientos y revocaciones. 

Para mí, como veo las cosas, la única oportunidad real (no ficticia ni imaginaria), es la que nos ofrece el Gobierno Federal, que hoy está frenada por un puñado de compañeros. De verdad, digo y subrayo que son un puñado porque en los hechos no son esos 200 que cacarean, son mucho menos. 

Sean los que sean, van de la mano de un abogado del que sabemos su historia. No, no me estoy metiendo en su vida privada y/o sentimental, esa no me interesa y no cabe en este blog; hablo de su trayectoria laboral, pública y política. Lo aclaro porque luego hay personas que en su afán de defenderlo, se confunden.

Afortunadamente, para ustedes y para mí, leer esta columna es totalmente voluntario.

Ninguno de Ustedes (y lo escribo con mayúscula en señal de respeto) está obligado a estar aquí; y yo ejerzo mi libertad de expresión (y no tienen idea de lo gratificante que es). Yo no escribo estas líneas para agradar a la gente, lo que están leyendo es una reflexión, una opinión personalísima que se basa en la  experiencia adquirida a lo largo de estos años, en los que he ocupado diferentes trincheras: estudiante, trabajadora terrícola, sobrecargo, adjunta, representante sindical, parte de una oficina de comunicación social, bloguera, youtuber, groupie, columnista… eso sí, siempre “professional complainer”.

En ese orden de ideas -y sé que no les va a gustar-, cuando mi sindicato habla de que se debe “legitimar” mi Contrato Colectivo (MXA) porque hay juicios, y que debe hacerse “para que nos liquiden”, tengo que decirles: nunca vamos a conseguir que nos liquiden, porque la única manera real -y lo subrayo- es con la compra de los bienes y la marca por parte del Gobierno Federal, lo demás son puras chaquetas mentales (y disculpen la analogía, me vale gorro).

No nos engañemos, no hay nada. Así que, por mucho que ASSA continuara detentando nuestro contrato, quedaríamos como lo que somos en los hechos: sobrecargos que hacemos bulto en el padrón de agremiados, que somos ocupados de pretexto para que la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación siga siendo “gremial”, y no se reduzca a ser un sindicato de empresa, apreciaría mucho más la honestidad de que me lo planteen así, que por la búsqueda de mi liquidación.

Con todo el respeto que me merecen, en ASSA no han entendido a fondo la complejidad de la situación de los sobrecargos de Mexicana y de Click. Durante todos estos años lo único que se hizo (y porque fueron órdenes del gobierno federal anterior) fue meter sobrecargos de MXA a volar en AMX; jamás se luchó por conseguir nuestras liquidaciones, por conocer el status jurídico de los expedientes, por hacernos llegar la información, por realizar asambleas informativas, por exigir y rendir cuentas de los fideicomisos, nada, absolutamente nada. Desaparecimos de su radar, así de simple, tanto de representantes como del resto de los agremiados.

De verdad, compañeros, ¿creen que casi 13 después pueden conseguir la liquidación que por ley corresponde? ¡Claro que no!, las matemáticas y Pitágoras no mienten, la suma de todos los laudos nos arroja la friolera de 9 mil millones de pesos ¿de dónde piensan que los pueden sacar? Esa cantidad de dinero solo se puede comparar con lo que gastaba diariamente el Gobierno Federal para enfrentar la pandemia en sus momentos más álgidos, pero era para los más de 126 millones de habitantes del país, no para un grupo de 8,500 trabajadores defraudados y poco más de 600 sobrecargos jubilados.

Hoy nos estamos jaloneando una cobija de 816 millones porque no nos alcanza para taparnos. Los que sueñan con que se venda el MRO, les recuerdo que tiene dueño, que aunque lo compró por mil pesos, ahora pide millones de dólares por él ¿acaso los tenemos? ¿Por qué nos peleamos entre nosotros y dejamos que los responsables se sigan pudriendo en dinero?

Es verdad cuando les digo que en este país la justicia es solo para la gente que tiene los recursos económicos para llegar a ella, ¿creen que a simples trabajadores sin lana nos van a dar justicia?, ¿en serio?, ¿han volteado a ver otros casos?, ¿los han estudiado?

Porque yo sí, y en todos los relacionados al mundo aeronáutico, los trabajadores han quedando “chiflando en la loma”; triste pero cierto. No hay dinero para liquidarnos, y si se cae la venta de Mexicana, creo que ya podemos darle santa sepultura. Sí, veremos que “de oficio” se pueden seguir tramitando todos y cada uno de los juicios, durante los próximos 10 o 20 años, pero nunca vamos a ver nuestras liquidaciones. Pongo mis manos al fuego.

Ese panorama es sin contar con los oscuros intereses que existen alrededor de que no se venda la marca Mexicana; hay gente que está pagando mucho dinero para esto. ¿Por temas aeronáuticos? ¡Para nada! Hay un sector que no quiere que el Presidente, en una mañanera se de vuelo anunciando “El regreso de Mexicana de Aviación, aerolínea que trataron de matar los neoliberales”. Aunque sabemos que no es así, sería un golpe muy fácil de capitalizar y convertir en votos, pues suena muy bonito para el imaginario colectivo.

Compañeros: yo no les hablo ni dulce, ni bonito, mucho menos pretendo “caerles bien” o “ganar fama”; simplemente digo lo que observo y doy mi opinión, me gusta hacerlo por escrito, para en unos años salir a decirles con los pelos de la burra en la mano “se los dije”.

No me equivoqué un ápice con Ricardo, documenté absolutamente todo, desde los “punta de lanza” entre los que por cierto iba Claudia Quijas, hasta la entrada del Contrato B, votado por ex MXA´s a cambio de la promesa de “regresar alas” a los sobrecargos desempleados. 

A los Contrato A de AMX les dije: “ahorren, ahorren, ahorren”, porque ya sabía que la empresa iba a ir por sus prestaciones y por bajarles sus ingresos lo más que se pudiera. Y recuerdo perfectamente que muchos de ustedes me tiraron “de a loca”, justo como lo hacen hoy. Yo ni gano ni pierdo, solo les advierto cual es el futuro que veo que se viene.

Por último, compañeros de ASSA, no es por joderlos ni mucho menos incordiarlos, pero ¿por qué no mejor trabajan en jalarse los contratos que tiene el STIA? Son tres: Aeroméxico Connect, VivaAerobus y Volaris, son contratos vivos que le alegrarían mucho la existencia a sus sobrecargos. Yo me limito a guardar estas líneas. La historia me juzgará.

 

Ximena Garmendia
26 de marzo de 2023

 

 

 

 

19 marzo 2023

Sindicalismo moderno

Sindicalismo moderno

Hace unos días en redes sociales estaba discutiendo con otro usuario sobre el sindicalismo. Visto de manera ramplona y sin un mayor análisis, en México pareciera que todos los sindicatos son charros y que son un cáncer para nuestra sociedad.


Pero ¿qué tan cierta es esa premisa? Sin verdadero análisis de por medio, por supuesto que llegaremos a la conclusión de que los sindicatos son un tumor maligno que impide el crecimiento de las empresas, pero ¿es esto cierto? ¡Por supuesto que no!, ese es el discurso que la gran mayoría de los empresarios, principales antagonistas de los sindicatos, buscan que permee entre la clase trabajadora.

Les platico: cuando entré a la carrera de Historia en la UNAM, una de las primeras materias que me tocó estudiar fue la de “Materialismo histórico”. A grandes rasgos, es un marco conceptual marxista para concebir la historia; sí, son teorías realizadas por Engels y Marx, en las que se ven, a través de las revoluciones políticas y sociales, los cambios en los medios de producción, los dueños y la fuerza laboral, para vislumbrar claramente la existencia de una lucha de clases.



Algo de lo que sus académicos de la UNAM suelen ufanarse, es de que sus estudiantes adquieren “conciencia de clase”. Más allá de que el término es marxista, significa tener conciencia de la explotación que la burguesía ejerce contra el proletariado. Estoy apretando mucho los conceptos, pero quiero llegar al origen del sindicalismo.

Sé que a muchos, todo lo anterior, les ha de sonar y oler a “comunismo”, ese gran villano creado con la intención de que su contraparte sea el héroe de la película: el capitalismo rampante, y los dueños de los medios de producción.

Lo que más odian los grandes empresarios y oligarcas es ver a un grupo de trabajadores exigiendo sus derechos. En la actualidad vivimos una especie de neo-feudalismo, en donde el gran terrateniente tiene a siervos trabajando para él de sol a sol y dando las gracias por el wifi gratis.

Analicen a profundidad sus condiciones laborales, y verán el grave retroceso que hemos vivido; vayamos a la industria aeronáutica, donde antes se podía “hacer carrera” y vivir dignamente, pues era sabido que se pagaba bien. Hoy ya no es así; cada vez las condiciones de los trabajadores de todas las áreas son más que deplorables.

Esa es la razón por la que se requieren sindicatos fuertes, democráticos y transparentes, que en todo momento ejerzan una férrea defensa de los derechos de sus agremiados.

Uno de los países que tiene el mayor Estado de Bienestar, es Islandia y no es de sorprender que el 92% de sus trabajadores estén agremiados. Sus sindicatos garantizan, según la página de su gobierno:

  • ·         Los salarios deben estar de acuerdo con los convenios colectivos de salarios.
  • ·    La jornada laboral no podrá ser superior a la permitida por la ley y los convenios colectivos.
  • ·       Las diferentes formas de vacaciones pagadas también deben estar de acuerdo con la ley y los convenios colectivos.
  • ·        Los salarios deben pagarse durante la licencia por enfermedad o lesión y un empleado debe recibir un comprobante de pago cuando se pagan los salarios.
  • ·      Los empleadores están obligados a pagar impuestos sobre todos los salarios y deben pagar los porcentajes correspondientes a los fondos de pensiones y sindicatos de trabajadores correspondientes.
  • ·   Los beneficios de desempleo y otros apoyos financieros están disponibles y los trabajadores pueden solicitar compensación y pensión de rehabilitación después de una enfermedad o accidente.

¿Cuál es el secreto que esconden? No es tan difícil adivinar, los sindicatos nórdicos siguen siendo fieles a su esencia, es decir son agrupaciones de trabajadores que ven la organización como lo que es: una asociación de personas en el que todos tienen el mismo peso e importancia. Y una de las mayores claves de su éxito es que los representantes se dedican a verificar que las condiciones laborales de sus representados sean acatados por las empresas con las que se tiene contratación.

Son un ejemplo vivo y mucho más dinámico, que contrasta con nuestro anquilosado sindicalismo mexicano, que ha convertido la defensa de los trabajadores en un proyecto político personal, en el que más gente agremiada, es sinónimo de más carne de cañón que servirá para la negociación de prerrogativas personales del líder.

Es por ello que nos urge tener claro cuál es el sindicalismo que se debe buscar, o al que debemos aspirar como trabajadores, como sindicalizados, como ciudadano, como país. Necesitamos un sindicalismo en el que los agremiados sean tomados en cuenta para todas y cada una de las decisiones; debemos entender que el Comité Ejecutivo tiene únicamente la función de “ejecutar” lo que le dictamine el máximo órgano de un sindicato: la Asamblea.

Y en el caso de mi sindicato, ASSA de México, es evidente que después de tantos años de manejarse como una extensión de Aeroméxico, ahora vive una terrible confusión de lo que debe ser un sindicato moderno. Las elecciones pasadas no pueden, ni deben tomarse como un “quítate tú para que me quede yo”. De nada sirve la alternancia si no se va a buscar la transformación de raíz.

En los personal, tengo grandes hitos que se vuelven quejas o inconformidades con la autodenominada Cuarta Transformación.  Una de ellas es la simulación en la impartición de justicia por parte de las autoridades jurisdiccionales del país; otra es  la “defensa” que de dientes para afuera hace la Secretaria Luisa María Alcalde de los derechos laborales.

Y es que estamos a 45 días de que concluya el tiempo para la legitimación de contratos; y podemos decir por todo lo alto que con solo el 10% de los contratos legitimados, estamos ante un fracaso estrepitoso de la aplicación de la reforma laboral de 2019. Pero que en los hechos -y esto debería alarmarnos- no habrá ninguna consecuencia. Es el mejor ejemplo de que “todo cambia, para no cambiar”.

¿Ese es el sindicalismo que nos merecemos? ¿Estamos acaso condenados a la mediocridad? Yo creo que no. Y pongo de ejemplo, a pesar de todos los defectos que pueda tener y las claras diferencias que tengo con ellos, al sindicato de Pilotos (ASPA). Ellos han encontrado y defendido la democracia sindical, la transparencia y la rendición de cuentas; si alguno de ustedes tiene un amigo piloto, pídanle que les muestren la página oficial del sindicato, y verán que “todo” lo pueden consultar: estados de cuenta en su Caja de Ahorro y Préstamos, circulares y boletines; ellos saben exactamente a dónde y como se aplican sus cuotas sindicales, con solo un click, desde su computadora o teléfono inteligente.

Los trabajadores “venden” su fuerza laboral, y no es cosa menor; sin ella, los dueños de los medios de producción (los empresarios) no podrían generar las grandes ganancias, que se transforman en fortunas, a costillas de todos ustedes. En el momento que se den cuenta y se convenzan de lo que valen, en realidad podremos llegar a la revolución del proletariado. La información es poder, y un trabajador que la busca, difícilmente podrá ser “apantallado” con el coco del comunismo, ni caerá en la trampa de que un Mesías llegará a redimirlo.

 

Ximena Garmendia
19 de marzo de 2023

 

 

 


12 marzo 2023

La importancia de la comunicación sindical

 

La importancia de la comunicación sindical

Debe de quedar claro, mi intención con esta columna no es, por ningún motivo, “golpear” a la representación sindical que entró buscando un cambio en ASSA de México. El verdadero y único motivo de estas líneas es -en pocas palabras- alertar de los problemas que se vienen “si no se toma al toro por los cuernos”. Siempre de manera respetuosa, y por supuesto desde mi particular punto de vista.



La comunicación es una herramienta vital que nos permite transmitir a otros nuestras ideas y opiniones. Evidentemente, si somos incapaces de comunicarnos correctamente, nos veremos muy limitados; y eso es justamente lo que pasa el día de hoy con el sindicato de sobrecargos.

Comencemos por el principio, cuando Ricardo Del Valle llegó como Secretario General hace 11 años, instauró todo un engranaje que se “aceitaba” con la corrupción. ¿Cuál era la forma? Crear pequeños cotos de poder, generando falsas realidades para que todos terminaran obedeciendo a “un líder”, en este caso Ricardo, un hombre de pocas luces y menos inteligencia pero bien asesorado; hay que decirlo, supo sacar raja política, pero también sabemos que fue utilizado como pieza intercambiable de un tablero en el que mucha gente llevó agua a su molino, aparentemente sirviéndole a este hombre, pero en realidad trabajando para su propio beneficio.

Recordemos que Ricardo llega después de la bajada de vuelo de Mexicana. Muchos de ustedes saben perfectamente que una de las formas para ser escuchado en ASSA consistía en llevarle regalos al personal administrativo y representación sindical, y así tener más oportunidad de ser “vistos” por la gente de Ricardo en el cargo del Interior, quien se encarga de los reclutamientos a sobrecargos.

Era forzoso para los ex mexicanas, “mostrar interés” y hacer antesala todos los días de la semana; se anotaban en una “lista” y te movían según el regalo que dieras, entre más costoso, más rápido eras tomado en cuenta para darte tu carta de aceptación en Aeroméxico.

Lamentablemente hoy las cosas no son muy distintas, porque hay gente que quiere seguir aprovechando su cargo y formar su propio coto de poder. Aquí no se trata de “atacar” ni “defender” representantes sindicales, creo que todos son mayores de edad y se supone que deben de conocer los estatutos que rigen ASSA.

Comencemos con el mayor problema: la Secretaría de Prensa a cargo de una sobrecargo que además es “couch de vida” y da cursos de “educación financiera”, porque antes de estar en Prensa fue Secretaria Tesorera. Esta mujer maneja a su conveniencia la información y el resto de la representación sindical es incapaz de mandarla a volar por su incompetente trabajo.

Manipula la información en una página web obsoleta y de difícil manejo; además todos recordamos lo cara que salió la “renovación” de esa página para que no sirva de nada. En aras de hacer campaña -antes de tiempo- en favor de Ricardo Del Valle, Ivonne Jurado, actual Secretaria de Prensa, sacó un boletín, que en realidad es un panfleto, con el objetivo de que Ricardo fuera visto semanalmente “trabajando arduamente para los sobrecargos”.

Por supuesto, las redes sociales de ASSA se convirtieron en una extensión de las páginas que tiene el propio Ricardo, cuya única finalidad era adularlo y ver quiénes de los sobrecargos le daban “like”, o le ponían comentarios positivos. Ese trabajo era supervisado entonces entre Claudia Quijas (persona que inexplicablemente hoy todavía es “Centro de Estudios”), y Emilio Caro, quienes pasaban todo el día en redes sociales verificando likes y solicitando a los sobrecargos “mensajes de apoyo a Ricardo”.

Ahora que acaba de entrar una nueva administración encabezada por Ada Salazar, de manera mágica y misteriosa, el boletín semanal que se elaboraba codo a codo entre la Secretaria de Prensa y el Secretario General, ahora es exclusivamente hecha por Ivonne Jurado. ¿Qué fue lo que cambió?, que la publicación dejó de ser la herramienta propagandística para Ricardo.

Esta mujer sube lo que quiere y escribe -muy mal, por cierto- un intento de ¿columna, artículo, ensayo o qué? Se trata de pura palabrería sin sentido, en aras de implementar una narrativa según la cual son “víctimas” de la actual representación sindical. Sin embargo, las circulares que emite la Secretaria General no son publicadas en Redes Sociales.

Justamente, por la comodidad de las redes sociales, la información debería de estar ahí, en Facebook, Twitter, Instragram, y hasta Tik Tok de ser necesario, ya que no tiene nada de secreta y mucho menos debe ser manejada como secreto de estado. Aquí es donde comienzan las grandes fallas de comunicación.

Sé lo cómodo que puede resultar un chat de What´sApp, pero también reconozco que es un arma de doble filo que puede sacar de contexto cualquier cosa que ahí se escriba. Tal y como está ocurriendo con el tema del reclutamiento con Aeroméxico que está causando ámpula, y todo derivado de una pésima comunicación.

Los representantes sindicales deben entender que entre más transparenten y comuniquen de manera correcta todos sus pasos, no quedará lugar a dudas, ni especulaciones, y mucho menos a perpetuar cotos de poder.

Lo voy a decir fuerte y claro, cuando se dio a conocer de manera oficial la quiebra de Aeromar, se anuncia con bombo y platillo la contratación inmediata de los sobrecargos en Aeroméxico, y esto salió publicado en varios medios, incluso vía una circular de fecha 14 febrero, en la que el sindicato pide la ayuda de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, para que los sobrecargos de Aeromar pudieran ingresar a las filas de Aeroméxico.

Incluso el Sol de México cabeceo la noticia de la siguiente manera: “Aeroméxico contratará a 76 sobrecargos de Aeromar afectados por la quiebra” y en la nota venía la siguiente afirmación: “La Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA) indicó que al inicio de esta semana estos sobrecargos ya estaban en la etapa de exámenes físicos, por lo que esperan que en el lapso de un mes y medio ya estén trabajando para la aerolínea del Caballero Águila.”

¿Y cuál fue la realidad? Que los sobrecargos de Aeromar no tuvieron pase automático tal como sucedió con “el robo de las Sabinas” en 2017, en el que 44 entraron sin ningún trámite de por medio, pero ahora Aeroméxico hizo filtros y resulta ¿qué no cubren el perfil? ¿qué les falta inglés? Y no sé cuántos pretextos absurdos más.

Tengo memoria, y por eso recuerdo que fue hasta después de que el Gobierno de Peña Nieto dio la orden de que Aeroméxico contratara a los sobrecargos ex mexicanas, sin importar la limitante de la edad, a cambio, hubo una bonita condonación de impuestos y todo el apoyo de ese gobierno para la implementación del Contrato B en Aeroméxico.

Pero antes del Contrato B, los sobrecargos de Mexicana que intentaron colocarse en la aerolínea del Caballero Águila fueron bateados con los mismos argumentos con los que hoy rechazan a los de Aeromar.

Es una manera “elegante” para mandarlos a Shanghái vía Sumatra sin remordimientos. “No cumplen con el perfil”… eso que se los crea la más vieja de su casa. Sabemos que Ricardo Del Valle está detrás de las contrataciones, y es la mano que mece la cuna; pero ¿por qué demonios ASSA no sale a condenar que este sujeto tenga un “permiso especial” en Aeroméxico?, ¿No es en detrimento de los sobrecargos agremiados que ahora esté en franco contubernio con algunos de los representantes sindicales manejando el reclutamiento como un nuevo coto de poder?

Otra vez las irregularidades. Cuando veo quién firma la circular junto con Ada Salazar respecto al reclutamiento de los sobrecargos de Aeromar, salta a la vista que no es la Secretaria del Interior: Maritza, sino la Secretaria de Actas: Europa, quien manda el chat, que voy a transcribir:

“Hola buen día

Quien aún interesada para regresar a volar?”



Esto en un chat de What´sApp con compañeras de Click. Actas no tiene nada que ver con el reclutamiento, porque no está dentro de sus funciones, y en todo caso ¿qué no eran prioridad los sobrecargos de Aeromar? Sí, sabemos que hay una maldita lista con los ex mexicanas, con los jubilados ex mexicanas, con los que quieren meter a sus hijos, sobrinos etc…pero justo esto que acabamos de ver es lo que sigue alimentando la corrupción en ASSA.



Porque no hubo hasta este momento que estoy escribiendo estas líneas, un comunicado, una circular en donde se transparente todo el proceso de reclutamiento. Si la empresa Aeroméxico se paró el cuello ante los medios, hay como exigirle y no le estamos pidiendo el favor, abrió la boca diciendo que iba a recibir a todos, pues que cumpla, ya lo hizo en el pasado y sin aplicar ningún filtro.



Sobre todo y porque lo he vivido en carne propia, Aeroméxico odia la mala publicidad. Una rueda de prensa denunciando su negativa a contratar a los sobrecargos de Aeromar y ya podremos ver cómo recula, porque así actúay hablo con conocimiento de causa.

Así que volvemos al punto inicial de esta columna, mientras en ASSA no se tenga una buena comunicación, que sea transparente, las cosas no cambiarán. No es que uno se “ponga contra ustedes” ni tampoco nos manda Ricardo Del Valle a hacerlos padecer, son ustedes mismos ante un pasmo espantoso que no espabilan y actúan en consecuencia, sé que tienen mucho trabajo, pero para eso son varios y no solo una persona.

 

Ximena Garmendia
12 de marzo de 2023
 

 

05 marzo 2023

¿Confías en el Poder Judicial?

 

¿Confías en el Poder Judicial?

Les hago esta pregunta a todos ustedes, mis estimados lectores; ustedes en realidad ¿confían en el Poder Judicial?, ¿en la impartición de justicia?, porque yo no. Y pruebas tengo muchísimas a la mano.

Abogados y "voceros" de los 228 sobrecargos jubilados de Mexicana de Aviación


Empiezo con un caso polémico; no tiene nada que ver con la aviación, pero es un clarísimo ejemplo de que la justicia en este país es sólo para quien la pueda pagar. No, no me estoy refiriendo a nosotros, que somos tristes mortales en este mundo; hablo de personajes importantes e influyentes dentro las áreas del poder.

A García Luna lo vamos a ver hasta en la sopa, y tal vez ustedes recuerden a Israel Vallarta. Sí, aquel que fuera detenido en el Rancho “Las Chinitas” al sur de la Ciudad el día 8 de diciembre de 2005, y no el día 9, cuando se transmitió el montaje por Televisa y TvAzteca.

Este hombre acusado de secuestro, después de 17 años sigue en “Prisión Preventiva” sin sentencia alguna que lo condene por el supuesto o supuestos crímenes de “Secuestro o privación ilegal de la libertad”. El Instituto Federal de Defensoría Pública (IFDP) ha declarado que considera inhumano que este hombre siga detenido sin una sentencia.

En palabras más claras, Israel Vallarta sigue siendo inocente hasta la fecha, ya que nunca ha sido condenado. Algunos conocen la historia que se teje, y el por qué este hombre sigue privado ilegalmente de su libertad, a diferencia de quien fuera su pareja, la francesa Florence Cassez.

Ella sí tuvo acceso a recursos tanto económicos como políticos, que le permitieron recibir justicia. Israel no, y tenemos que decir que tuvo “la mala suerte” de toparse con la persona equivocada y desafiarla, sin saber el poder real que había detrás de este personaje y que al día de hoy sigue manipulando el poder judicial.

Voy a resumir, y quienes estén interesados en conocer a profundidad este tema, les comento que hay varios libros muy esclarecedores como “El teatro del engaño” de Emmanuelle Steels, o “Una novela criminal” de Jorge Volpi, así como algunos documentales, uno de la televisión francesa que se pueden ver en Youtube y otro en Netflix, este último basado en el libro de Volpi.

Florence vino a México porque su hermano vivía aquí y se había hecho socio de un judío de apellido Margolis, a quien le gusta ser conocido como “El Golem”. Florence conoció en México a Israel Vallarta, y se hizo novia de él. En alguna ocasión le contó que su hermano había tenido algún tipo de problema con el judío, que ella había sido implicada. Como buen mexicano que defiende a su pareja y su familia, Israel tuvo la desastrosa idea de echarle pleito a este personaje, que entre otros de sus negocios, como en su momento lo hizo Marcos Katz, el fundador de Aeromar, se dedica a la venta de armas y protección personal.

Es así como Margolis le pide apoyo a García Luna para “darle un sustito” a este Israel, ¡y vaya que se lució! Años después, el mismo Margolis le “pidió perdón” a Florance diciendo que no sabía que a ella también la iban a detener. García Luna le encargó el trabajo a su mano derecha: Luis Cárdenas Palomino, que hoy se encuentra detenido en la misma cárcel que Israel Vallarta. Sin embargo, un juez acaba de descongelar sus cuentas bancarias. Dejo el link:

https://elpais.com/mexico/2023-02-09/el-gobierno-mexicano-acusa-a-un-grupo-de-jueces-de-proteger-a-la-mano-derecha-de-garcia-luna.html

Los funcionarios públicos hicieron todo el montaje, utilizando al ama de llaves de Margolis y al hijo de ésta, en colusión con un verdadero secuestrador, que a cambio de su libertad, se prestó para hacerse pasar por “víctima” en este lío, e irse a vivir tranquilamente como “testigo protegido” en los Estados Unidos. Todo esto fue negociado por Isabel Mirada de Wallace, quien actualmente tiene a su cuñado como parte del equipo de la Ministro Presidente Piña:

https://www.infobae.com/mexico/2023/02/06/senalaron-conflicto-de-interes-entre-norma-pina-y-caso-wallace-la-corte-podria-conocer-de-irregularidades/

A muy grandes rasgos, ésta es la razón por la que Israel Vallarta, tras 17 años, sigue en Prisión Preventiva y sin una sentencia que lo condene como “secuestrador”; ¡Ah!, y cuando escuchen que tiene un cargo más por otro secuestro, se refieren al caso de una chica judía de apellido Cheja. Para la imputación también intervino Margolis achacándole a Vallarta ese secuestro, pero que únicamente fue señalado para robustecer la idea de la “Banda de secuestradores”.

Hasta aquí el ejemplo. Ahora regresemos al mundo aeronáutico. En últimos días hemos tenido una serie de manifestaciones, tanto en redes sociales como en diversos medios de comunicación. Sí, hablo del grupo de los 228 que claman por la ejecución de su laudo ganado hace 7 años, y que se oponen a los términos de la propuesta de adquisición de la marca y los bienes de Mexicana de Aviación, por parte del Gobierno Federal.

A ellos, con toda seriedad y respeto, les pregunto: ¿qué les hace creer que ahora sí van a poder hacer líquido su laudo? Un laudo que por cierto no vale los 400 millones de pesos que pide el “vocero” de este grupo. Lo sabemos, el laudo de los jubilados es de 3 mil millones de pesos.

¿Piensan que ahora sí se los van a pagar completo?, porque si repartimos en partes iguales (y no por antigüedad) esos 400 millones que piden, entre los 453 sobrecargos jubilados, cada uno de ellos estaría recibiendo 883 mil pesos, menos los honorarios de su abogado (que ellos ya dijeron que son del 18%), en plata estamos hablando de 724 mil pesos. Una hipotética cantidad, a la que se llega repartiendo el dinero en partes iguales y no conforme a su antigüedad, pensando que ninguno pagara impuestos.

Supongo que ya conocen el tratamiento fiscal de los laudos laborales, y que ya saben que no están exentos del Impuesto Sobre la Renta (ISR).

Sabemos que la propuesta del Gobierno Federal no es así, pues la intención es que todos reciban “un poco”, y no el pago total de sus laudos. Andrés Manuel decidió sentarse a negociar con los sindicatos y grupos de trabajadores que sí tienen embargados los bienes y la marca, y lo que el acuerdo busca es precisamente que no se devalúen más los bienes por su deterioro, porque si no, nunca vamos a cobrar un centavo.

Y aunque nos enfade, la realidad es esta: no hay dinero que alcance a cubrir la totalidad de los montos emanados de los laudos, ni los 3 mil millones de pesos del laudo de los jubilados, y mucho menos el de 5,500 mil millones de pesos de los trabajadores activos.

Eso sin perder de vista que desde abril  de 2014 existe una sentencia de quiebra, mucho antes de los laudos y de una demanda de tercería por parte de los sindicatos en contra de los jubilados para dirimir “¿quién tiene mejor derecho?”, si los jubilados o los que estaban activos en agosto de 2010.

Todo esto lo debe desahogar el Poder Judicial, ese poder que ya hemos visto, solo se mueve si hay grandes cantidades de dinero de por medio y hasta perdón te piden. Nos podemos retrotraer en la historia a Raúl Salinas de Gortari, la maestra Elba Esther, Rosario Robles, solo por nombrar algunos.

Grupo México sigue sin mover un dedo por sus trabajadores, a pesar de lo sucedido en Pasta de Conchos. A Gastón Azcárraga y Grupo Posadas no te tocaron ni un pelo (gracias a la cascada de amparos que sus abogados interpusieron) por el caso Mexicana de Aviación… Ustedes, grupo de los 228, ¿tienen los recursos suficientes para seguir haciendo gestiones jurídicas?

En México tenemos célebres ejemplos de luchas de trabajadores, a los que el factor “tiempo” no les importó: Cananea (1906), Río Blanco (1907), Ferrocarriles (1936 y 1959), Movimiento Magisterial (1958), Movimiento Médico (1964), Refrescos Pascual (1982)… AeroCalifornia lleva 14 años en lucha, y en julio cumple uno más. Aquí lo más importante es ¿creen ustedes que les alcanzará la vida para seguir buscando justicia a través del Poder Judicial? Apenas hace unos días un compañero más falleció, ¿cuántos muertos más tenemos que juntar para que se den cuenta que nunca se va a poder hacer líquido su laudo?

El Juicio de Amparo es un método de control constitucional; por supuesto que todo ciudadano mexicano tiene el inalienable derecho de interponer todas las demandas que considere necesarias. Eso no está a discusión. Lo debatible es que con una mano se amparen contra la venta de la marca y los bienes, y con la otra digan “sí queremos la venta”; además de incongruente es una falacia jurídica, porque ellos saben perfectamente que nunca trabaron embargo alguno para garantizar el pago de su laudo.

El Gobierno Federal ha sido la mar de claro, “si no se acepta la propuesta como está, nosotros la retiramos de la mesa”. En ese panorama, seguiremos buscando vía judicial una resolución, si es que la hay ¿cuánto tiempo les gusta? ¿5 años más, 10, 20?, o seguimos los pasos de AeroCalifornia http://sobrecargoinforma.blogspot.com/2020/08/aerocalifornia-otra-empresa-viva.html

Termino aclarando algo a mis compañeros sobrecargos jubilados, al grupo de los 228, concretamente: No, yo no tengo ningún poder especial para tomar una decisión sobre ustedes, todo lo que he estado expresando, tanto en mis redes sociales como en mi trabajo periodístico, ha sido a título personal.

De mis palabras y opiniones me hago totalmente responsable. No formo parte de una “vocería” del Gobierno Federal, ni tengo ningún cargo de representación sindical, ni de ninguna otra índole. No asesoro a nadie, ni se requiere de mi visto bueno para tomar ninguna decisión.

A mí nadie me paga por convencerlos de que tengo la verdad absoluta, porque no la tengo, y ni lo pretendo. Lo que publico en medios como SDP Noticias lleva mi firma porque es mi opinión y mi visión de las cosas, que se basa en mi experiencia, conocimiento de la industria, y en las incontables horas que le dedico a leer y escuchar información sobre el tema. Y lo seguiré haciendo mientras existan la libertad de expresión y la libertad de imprenta; si esas dos libertades desaparecieran, de todas maneras lo seguiría haciendo, porque así soy yo, no puedo evitarlo.

Independientemente de eso, quiero invitarlos a la reflexión, a que valoren si el camino de la vía judicial y litigiosa algún día les va a resarcir “todo” lo que les deben. Yo, lo dije al principio, no creo en la impartición de justicia de este país, ni ayer, ni hoy, ni nunca.

Dicen que las oportunidades se pintan calvas. Desde mi punto de vista, es ahora o nunca; la propuesta de AMLO, estoy plenamente consciente de ello, es una baba de perico. Las cantidades ofrecidas son ridículas comparadas con lo que deberíamos de recibir, si existiera la justicia legal. Pero es lo que hay, aquí y ahora. Yo no puedo pelearme por pedir una rebanada más grande para mí, y que no me  importen los demás. Tenemos enfrente esta coyuntura: ¿lo tomas o lo dejas?, yo lo tomo ¿y tú?

 

Ximena Garmendia
5 de marzo de 2023