Asamblea
en ASSA
Si me
acusan de necia, en mi defensa diré que más bien soy persistente. Me gusta ser
una persona que se mantiene firme y constante con una forma de pensar y actuar,
aunque eso me haga parecer necia, porque como dijo Séneca hace cientos de años:
“prefiero ser un necio que habla, a ser un estúpido que calla”.
Hace
más de 10 años que ASSA no celebraba una Asamblea General Extraordinaria
exclusiva para los trabajadores de Click y de Mexicana de Aviación. La última
celebrada fue en el Sindicato de Tranviarios, y con un contexto diferente, pero
muy importante. Un contexto que no puede ignorarse ni pasar de largo.
Es necesario
conocer la historia y sobre todo las circunstancias en que se suscitaron los
hechos. Si no partimos de ahí, nos ahogaremos en el mar del desconocimiento y
la ignorancia. Por supuesto que no le voy a pedir a la actual Secretaria
General que se sepa “al dedillo” toda la línea del tiempo del caso “Mexicana de
Aviación” y sus filiales; pero sí es una exigencia para una Claudia Quijas, no
solo por los diferentes cargos que inexplicablemente detenta hoy por hoy, sino
porque está por cumplir 12 años viviendo (léase “mamando”) del presupuesto
sindical.
En
este blog está perfectamente documentada toda la historia. Y puedo decir sin
temor alguno a equivocarme, que Claudia Quijas quiere verles la cara de
estúpidos tanto a los sobrecargos, como a la nueva representación sindical.
Chéquenlo Ustedes mismos.
Empecemos
con el Fideicomiso del MRO. En las diapositivas proyectadas en la asamblea
pasada, “informa” que se creó en junio de 2014, pero aquí las fechas ¡vaya qué
importan!, y dicho fideicomiso se formó el día 3 de abril del 2014, esto es, un
día antes de que la juez Edith Alarcón Meixueiro decretara la quiebra de
Mexicana de Aviación, durante el gobierno del entonces Presidente Enrique Peña
Nieto. Una auditoría realizada en 2018 a Aeropuertos y Servicios Auxiliares
(ASA) nos confirma -y cito textual- :
“Con
fecha 3 de abril de 2014 se celebró un contrato de Fideicomiso irrevocable de administración
y pago denominado “Fideicomiso Mexicana MRO” (el fideicomiso), identificado
bajo el número 2100, en el cual el AICM actúa como fideicomitente en tercer
lugar y fideicomisario y por otra parte el Banco INVEX S.A. (invex) en carácter
de fiduciario; con la finalidad de transferir al Fiduciario los derechos de
cobro que se tiene a favor el AICM sobre Compañía Mexicana MRO S.A. de C.V.
para ser aportados como patrimonio del Fideicomiso”.
Al
ser cuestionado por la creación de este fideicomiso, Gerardo Ruíz Esparza,
quien fuera titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes declaró lo
siguiente:
“Los
recursos que se encuentran dentro del Fideicomiso para pagar a los trabajadores
de Mexicana, no alcanzará para todos”. En
efecto, la idea primigenia del fideicomiso era subsanar, aunque fuera un poco,
las pírricas liquidaciones que íbamos a recibir después de tres años de tener
parada a la compañía aérea. Cuando fue conformado el fideicomiso, los
sindicatos manifestaron que sólo cubriría 15% de los pasivos, por lo que le
urgían al entonces gobierno de Peña Nieto el rescate de la aerolínea.
Por
eso sostengo que la fecha en que se creo el Fideicomiso del MRO no fue
casualidad. Ahora, ¿quieren saber cuánto dinero hay en el Fideicomiso del MRO? ¡Yo
también quisiera saber!, pues se supone que nos iban a informar del estado que
guarda este y el caso de Mexicana, pero lamentablemente no sucedió, ni lo uno, ni
lo otro.
Ahora
pasemos a otro tema, del que ASSA trata sacudirse su responsabilidad; se trata
de la cláusula 74 Bis Contribución Definida. Es evidente que nunca se va a
comprender el tema si no se toma en cuenta que en septiembre de 2005, justo dos
meses antes de que se celebrara la compra de la aerolínea por parte de Grupo
Posadas, se llevó a cabo la revisión salarial (2005), y de manera ilegal se
metió a la discusión en la asamblea el punto de la jubilación de aquellos sobrecargos
contratados después de 1989.
Antes
de dejar la Secretaría General, Alejandra Barrales había ganado la jubilación -a
los 30 años de servicio- para hombres y mujeres contratados después de 1989.
Luego, Francisco Villarreal en la asamblea de revisión salarial de Mexicana
dijo que en aras de hacer “más atractiva” la aerolínea para su compra debíamos
dar a cambio la prestación recién ganada. Y así, ante el beneplácito de los
antiguos que estaban en la representación sindical, se votó a favor. Tal
vez les suenen algunos nombres de esos personajes: Fausto Guerrero, Iván
Enríquez, Hugo Castro Lozada y Rafael Cárcamo, entre otros.
De
esa manera Villarreal “canjeó” la jubilación de los contratados después de 1989
por un plan de Contribución Definida, que era una especie de “Afore”, en la
que, en pocas palabras, el sobrecargo iba a armar su propia jubilación, con sus
propias contribuciones y con la parte proporcional que la empresa haría al
mismo tiempo. El asunto se vuelve peliagudo por lo siguiente: cuando nos
bajaron de vuelo, en aras de que los sobrecargos tuvieran un poco de liquidez,
se acordó que aquel sobrecargo que así lo deseara podía “retirar” el dinero que
había aportado hasta ese momento (aproximadamente 5 años), el cual estaba
depositado en un fideicomiso con cuentas individuales a nombre de cada
sobrecargo.
Precisamente
yo, como Secretaria de Actas, tomé ese acuerdo de asamblea en abril de 2011. En
ese momento, las negociaciones para que PC Capital se convirtiera en “el
inversionista” estaban más que avanzadas. Así que se había pactado con Mexicana
de Aviación que nos liquidarían a todos los sobrecargos, para después volvernos
a recontratar, y en ese momento, la línea aérea nos iba a entregar la parte que
habría aportado por concepto de Contribución Definida.
No
había incertidumbre, porque cuando los sobrecargos acudieron a recoger sus aportaciones voluntarias, todos pudieron ver
la cantidad que “restaba” de entregar. Aquí el problema surge cuando IXE, el banco tenedor del los fideicomisos individuales,
fue absorbido por Banorte. Durante un tiempo más, de manera presencial o
incluso en línea podía verificarse el estado de esas cuentas, pero actualmente nadie
sabe, nadie supo qué pasó con el dinero de esas cuentas.
En la Asamblea del jueves pasado, Claudia Quijas fue cuestionada puntualmente y en repetidas ocasiones por diferentes agremiados sobre este particular; sin embargo, ella se retorció como lombriz enjabonada todas las veces que fue necesario para “responder” que es un tema que debe atenderse con la Sindicatura. ¡Falso de toda falsedad!, se trata de un tema derivado del Contrato Colectivo de Trabajo, que ella debería de conocer y manejar, y sobre el que es su obligación informar y rendir cuentas.
Ada Salazar mencionó en la misma asamblea
“todo lo que tiene que ver con el dinero de los sobrecargos es muy delicado”,
entonces con esa misma prudencia y diligencia es que exigimos el
esclarecimiento del destino de esas cuentas. Porque “suponiendo sin conceder”
que fuera un tema de la Sindicatura, ¿dónde están todos los oficios,
circulares, memorándums, correos, mensajes de WhatsApp o señales de humo que
Claudia Quijas ha enviado en los últimos 11 años pidiendo informes a la
Sindicatura?
Y ya
que la actual Titular del Centro de Estudios de ASSA habla de la Sindicatura, a
todo este desaseo hay que sumar las bajas del Seguro Social aplicadas a varios
compañeros de manera caprichosa por parte del síndico, porque es mentira que te
dieran de baja por emplearte en un nuevo trabajo, lo hicieron al azar; igual
que los pagos del Infonavit, a unos sí los pagó Mexicana y a otros no.
¿Y
cómo es que se dieron cuenta algunos compañeros? A mí, Mexicana me dio de baja
del IMSS en 2017, a pesar de que entré a laborar a otra empresa en el año 2012,
y se me dio de alta con otro patrón. En el caso de los sobrecargos de
Aeroméxico, escuchamos en la asamblea el caso de Mirna Murillo quien se enteró
que había sido dada de baja, ¡cuando la desvincularon de Aeroméxico!, a pesar
de que a NADIE se nos debió haber dado de baja porque seguimos siendo activos.
Y
terminamos con la cereza del pastel: no, no es el nombramiento del suplente
para el Fideicomiso del MRO, lo que en verdad preocupa, y lo cito textual
porque mi cabeza no ha terminado de procesar la palabra, cuando Ada es cuestionada
sobre Claudia Quijas responde “ella está en la mejor disposición de entregar
toda la información”; desmenucemos, ¿qué significa la palabra disposición? La
Real Academia de la Lengua Española (RAE) nos dice lo siguiente:
Del
lat. dispositio, -ōnis.
[…]
f. Desembarazo, soltura en preparar y
despachar algo que alguien tiene a su cargo.
[…]
¿Ustedes
creen que Claudia tenga la “gentileza” de entregar toda la documentación que
tiene? Si su amo y señor San Ricardo Del Valle -quien dicho sea de paso, sigue
gozando en Aeroméxico de un “Permiso Especial”, sin sustento en ninguna
cláusula de su CCT- no le entregó nada a Ada Salazar, ¿cree que Quijas tendrá
la soltura en preparar y despachar estos temas?, ¿Ada está pecando de ingenua?,
porque es un hecho, la base no quiere a Claudia, pero la sigue manteniendo ahí.
No
Ada, con todo respeto, no te confundas; no es disposición la que debe
tener Claudia, es su OBLIGACIÓN y va con mayúsculas porque a lo largo de 11
años -ya casi 12- ha mamado de la ubre de las cuotas sindicales, y sin entregar
absolutamente nada, como lo vimos en la pasada asamblea. No es creíble que yo
que estoy escribiendo estas líneas sepa más de lo que pasa dentro del
Fideicomiso del MRO, que la propia Claudia que asistía a las reuniones. La
impericia demostrada en la asamblea pasada solo confirma lo que varias fuentes me
llegaron a comentar: “sólo va a comer galletas y a tomar café”.
Lo
más escandaloso es que todo este tiempo ocultó que siendo parte del Comité
Técnico del Fideicomiso del MRO estuvieron percibiendo más de 40 mil pesos al
mes, ella y también Mungarro, el abogado mercantilista que trajo Ramón Barba (el
sobrino de Sergio Loza) y que fue votado en una asamblea para llevar el
Concurso Mercantil de Mexicana y Click.
Ese
abogado, que por sus arduos servicios, de la mano de Ricardo se metía 250 mil morlacos fresquecitos a su bolsillo (o eso es lo que el anterior secretario
informaba en sus circulares de ingresos y egresos), y si no mal recuerdo, creo
que se va a llevar al baile a los sobrecargos de Aeroméxico con el tema del
CLAIM, ¿o ya se los pagaron, compañeros? La gente solicitó la remoción cuasi
inmediata de ellos; después de tantos años, y con pírricos resultados, creo que
la petición es válida. Pero la respuesta que recibimos de parte de la
Secretaria General fue la menos atinada.
El
argumento de que están imposibilitados de quitar a Mungarro es la falacia del
siglo. Imaginen, si fuera verdad los sindicatos entonces estarían manejados por
sus asesores legales, que son externos al sindicato, no forman parte de él, razón
más que suficiente para sacar a Mungarro del Comité Técnico del Fideicomiso del
MRO.
Y cierro
con el tema: la venta de los bienes y la marca de Mexicana de Aviación.
Ustedes
bien saben que hay un pequeñísimo grupo, cuyo vocero es Iván Enríquez, que ha
dejado muestras palpables y videograbadas de que no es más torpe porque no se puede.
Hasta mis oídos llegó que anda buscando a los activos para que se sumen a su
demanda, diciendo que ASSA no les va a conseguir lo que su super abogado sí.
Puras mentiras.
Tal
vez a él no le convenga acordarse de cómo dejó colgados de la brocha a más de
500 trabajadores activos de Mexicana, de distintas áreas, al pedirles que se
fueran a demandar con “su abogado”, cuyo nombre no se puede pronunciar, como si
se tratase del personaje de la película Beetlejuice. Pues este vocero, en la pasada
asamblea tuvo la suficiente caradura de pedir que ASSA retirara la demanda de
tercería que interpusieron el abogado Alcalde y Ricardo Del Valle, una demanda
que protege a los activos, que ganamos en 2019 nuestro laudo.
Desde
su punto de vista, los activos no tenemos derechos, y solo los jubilados son
los que deben cobrar. Este personajazo ya tuvo la desvergüenza de decir que los
activos nos conformemos con un pago de 20 mil pesos, pues los sobrecargos de
Aeroméxico -que son ex mexicanas- ganan 40 mil pesos al mes.
Un afamado doctor español, Santiago Ramón y Cajal, dijo: “se conocen infinitas clases de necios; la más deplorable es la de los parlanchines empeñados en demostrar que tienen talento”. Cuando se creo el Fideicomiso del MRO (2014), antes de que algún grupo de trabajadores ganara un laudo, ya se había sentenciado que no había dinero de dónde pagarnos; de hecho esa fue la razón de su creación, “subsanar las liquidaciones, un poco”.
¿De dónde demonios piensa cobrar este
grupo? Solo están entorpeciendo la venta, porque además no tienen trabado
ningún embargo, ni sobre los bienes, ni sobre la marca. Hablan de que tienen
ganada una suspensión definitiva, pero al parecer de poco les ha servido porque
si no, no necesitarían hacer todos los malabares sindicales, jurídicos y
mediáticos en los que se meten.
Ante
la petición del retiro de la demanda de tercería hecha por ASSA de México, Ada
fue muy clara, y por supuesto a quienes integran este grupo no les gustó para
nada su respuesta: “no va a apoyar a una minoría, si esa minoría está dañando a
la mayoría”.
En resumen, no hubo realmente información y sí mucha molestia. Celebro que después de más de una década, el Sindicato nos haya volteado a ver a los agremiados de Mexicana y Click.
Aplaudo que se pusieran temas en la mesa. Sin embargo, quedó
demostrado que los temas son muchos, ríspidos, complejos y muy extensos.
Difícilmente se podrán solventar todos. Sin embargo, estoy convencida de que
ASSA no debe rehuir a esa responsabilidad. Ya fueron muchos años en los que se
ha dedicado solamente a tener a Aeroméxico en su agenda. Que Mexicana no esté
volando no quiere decir que sea un tema muerto, y para muestra, todo lo
anterior.
El
sindicalista no puede rehusar esa responsabilidad. Y más que necios, hay que
ser persistentes.