09 abril 2023

Tragedia en Aeromar

 

 Tragedia en Aeromar

Cada día que pasa, el caso de los sobrecargos de esta compañía aérea se parece más a una tragedia, por decir lo menos, pues están inmersos en un berenjenal de dimensiones colosales; y procedo a explicar por qué.

Fotografía tomada de Facebook


Como saben, -y si no, les cuento- la empresa Transportes Aeromar se fue a la quiebra, mientras su dueño está refugiado en Israel, y no es solo porque además de la nacionalidad mexicana tiene la de Israel, sino porque aprovechó que no existe tratado de extradición entre México y ese país, donde se supone un día como hoy resucitó Jesús de Nazareth.

Por lo tanto, mientras nuestras autoridades, lentas como tortuga ven cómo darle una salida digna a la quiebra, también tratan de cumplimentar los embargos trabados a través de las huelgas vigentes, porque son dos: la de pilotos y la de sobrecargos.

Pero esa no es la peor parte; la verdadera tragedia sucede cuando a quien debería defenderte, le urge “deshacerse del problema” y darle carpetazo lo más rápido posible, porque tiene “otras” prioridades”.

No me voy a andar por las ramas, muchos saben que tengo comunicación directa con los trabajadores porque simple y sencillamente hago lo que muchos no hacen: escucharlos. Por eso me cuentan el viacrucis por el que han estado pasando desde que decidieron estallar la huelga.

No es producto de mi imaginación, ni tampoco son simples ganas de incordiar a la nueva representación sindical. No tendría ningún motivo para hacerlo sin razón y sistemáticamente. No, tampoco me está “pagando” Ricardo Del Valle para “atacar a Ada”, solamente dejaré plasmado lo que percibo, tomando en cuenta por supuesto mi experiencia, historia y trayectoria, con base en lo que los estos sobrecargos me han transmitido.

Como siempre, aclaro que es mi opinión personal, y nunca la verdad absoluta. Soy la primera en reconocer que toda historia tiene muchas caras; yo solo hablaré de las que conozco. Así que después de esta larga introducción, comencemos.

Lo digo con respeto, y por supuesto no los responsabilizo, pero en términos sindicales los sobrecargos de Aeromar siempre se han sentido menos, como gremio; tal vez por ser poquitos (comparados en su momento con CMA y AVSA), o tal vez por su “reciente” afiliación.

Pero eso no tendría que ser motivo de apocamiento. Recuerdo perfectamente cuando Alejandra Barrales logró quitarle a la CTM el contrato de las sobrecargos de Aeromar. Imposible olvidar que en esos ayeres, la planta estaba compuesta por puras mujeres, y todas ellas tenía un denominador común: su espíritu combativo.

Solo olvidando que se luchó por tener a los sobrecargos de Aeromar dentro de ASSA se explica la situación actual. No entiendo por qué la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación, no está velando por sus agremiados, ni desde hace años que la empresa dejó de cumplir con sus obligaciones patronales, ni ahora, en uno de los momentos más álgidos para cualquier gremio: durante este movimiento de huelga. Desde que se estalló, ni los trabajadores, mucho menos el público general hemos escuchado una palabra pronunciada por ASSA sobre el tema.

Les pregunté si ya les habían dado dinero del fondo de resistencia para mantener el movimiento de huelga, y la respuesta que recibí es que ese tema no lo han tocado. Les expliqué a los sobrecargos que cuando emplazaron a huelga, también votaron por afectar el fondo de resistencia del sindicato, que se usa cuando se estalla una huelga.

Lo que me comentaron es que desde ASSA les dijeron que hubo una reforma [?] a la Ley Federal del Trabajo, y que sólo tenían que estar 72 horas haciendo guardia. Esto es una falacia. El proceso de huelga dentro de la Ley Federal del Trabajo, Título Octavo – Huelgas, que abarca desde el artículo 440 hasta el 471, no contempla nada que sustente que solo se hacen guardias las primeras 72 horas.

Eso es una interpretación errónea, perversa y tendenciosa de lo dispuesto por el artículo 929 de la ley laboral. Sí, fue modificado con la reforma de 2019, pero en lo referente a la declaración de existencia o inexistencia de la huelga

Sí, tanto trabajadores como empresa tienen 72 horas para pedir que la autoridad declare legal o ilegal una huelga, pero pero eso nada tiene que ver con las guardias que, sin excusa ni pretexto, se deben montar para cuidar las instalaciones de la empresa. ¿Para qué? Para asegurar que los bienes no sean hurtados, destruidos o dilapidados, porque de ahí se van a cobrar los trabajadores.

Eso no es todo; como lo escribí en mi columna de SDP Noticias, no sé si exista un acuerdo entre Ricardo Del Valle, el anterior Secretario General y Aeroméxico, pero se vuelve irrelevante ante el hecho perfectamente comprobable de que Aeroméxico fue la única aerolínea que levantó la mano públicamente ante la solicitud (en una mañanera) de “acomodar” a los trabajadores de Aeromar.

Sin embargo, la realidad es muy diferente: lo que se hizo fue formar a los sobrecargos de Aeromar como si viniesen de la calle, no como agremiados a la ASSA que son; les habían prometido la entrada directa a Aeroméxico, esto es, entrar directamente al adiestramiento inicial y no fue así.

Tampoco podemos soslayar el hecho de que el anterior Secretario no entregó nada a la actual Secretaria General, pero eso no debería ser razón suficiente para quedarse cruzados de brazos; justamente por eso la renovación de representantes sindicales es “escalonada”, para evitar este tipo de conflictos; además de la existencia de más representantes, debe de existir un acta para saber sin lugar a dudas los términos de la promesa o compromiso hecho con los sobrecargos de Aeromar.

Me parece enfadoso estar explicando esto, como si el Sindicato de Sobrecargos se hubiera formado ayer. 

Suponiendo que así fuera, que hace 24 horas cayó un meteorito en Patricio Sanz 751, Col del Valle Centro, Benito Juárez, y que es imposible saber si el compromiso existió; ASSA no lo necesita, tenemos enfrente a los compañeros agremiados haciendo una petición clara, concisa, lógica y además respetuosa: acomodarlos; ¿dónde? en Aeroméxico; ¿por qué?, muy simple, porque los sobrecargos de la aerolínea del Caballero Águila también son agremiados a la ASSA de México, que es un sindicato que -hasta el momento que escribo estas líneas- detenta cuatro Contratos Colectivos de Trabajo de cuatro aerolíneas, y porque es un sindicato gremial, esto es todos los trabajadores afiliados a la ASSA pertenecemos al mismo gremio: el de sobrecargos.

Esto no lo entiende la actual representación sindical, y no me puedo explicar por qué o para qué les envió -vía WhatsApp- una convocatoria para aplicar a otra aerolínea. ¿Esa es la ayuda? Mandarlos a buscar trabajo a una empresa cuya contratación colectiva está en manos de otro sindicato, es un total, completo y redondo contrasentido. 

Los compañeros de Aeromar acuden a ASSA como agremiados, no como si le preguntaran a una vecina si no sabe de alguien que ande buscando empleados. ¡Ver para creer!, una Secretaria General de ASSA invitando a sus agremiados a abandonar el sindicato. El Artículo 13, fracción II de nuestro estatuto en vigor dice claramente que uno pierde la calidad de agremiado si ingresa a otro sindicato, sin permiso por escrito del Comité Ejecutivo.

Por más vueltas que le doy, sigo sin entender ¿qué parte de la palabra agremiados no les ha quedado lo suficientemente clara? Parece que a la actual representación “le urge” deshacerse de estos agremiados. Sí, más claro ni el agua, sabemos que en los hechos solo hay una empresa operando y que las otras tres son unas entelequias, pero más respeto por favor a los agremiados.

La cereza del pastel es el escrito que mandaron tanto al Presidente de la República, como al Secretario de Gobernación y otros Secretarios de Estado. Primero, yo no puedo con los discursos lacrimógenos, donde pobretean a los trabajadores en lugar de exigir el cumplimiento incondicional de sus derechos laborales. Para mí, todo se cae como castillo de naipes, cuando mencionan -y cito textual-:

“Lamentablemente, todavía existen pendientes por  resolver  pues  tenemos  cerca  de  35 compañeros que aún no  han  encontrado  cabida  en  otras  empresas;  es un  grupo  conformado por madres solteras, compañeros y compañeras en la última recta de su vida laboral, con mucho que dar y desde luego padres  y  madres  que aunque viven  en  pareja,  eran  pilar importante  del sustento de sus familias  hasta antes del cierre de operaciones de AEROMAR.

De manera respetuosa solicitamos Su apoyo para lograr que los cerca de 35 compañeros que aún no encuentran un nuevo empleo lo puedan hacer, sabemos que algunos están ligeramente fuera de los estándares que manejan las empresas que pudieran abrirles un espacio laboral, pero también sabemos de la capacidad, experiencia y compromiso de cada uno de ellos, con lo que podemos asegurar que todos y cada uno representan una gran contratación laboral.”

La forma es fondo. No puedo leer a la ligera esta misiva, porque no es la carta de recomendación que doña Hermelinda le manda a don Andrés Manuel, el de la farmacia, o a don Augusto, el de la cantina. ¿Esos son los términos de la Secretaria General de ASSA? lo primero que me llama poderosamente la atención es “que aún no  han  encontrado  cabida  en  otras  empresas”, vamos de nuevo ¿qué empresas?, ¿relacionadas a la aviación?, ¿a otra industria?, porque solamente hay otra empresa cuyo CCT detenta ASSA y esa es Aeroméxico.

¿Tiene caso mandarlos a otras empresas y perder agremiados?, seguimos analizando el texto, De manera respetuosa solicitamos Su apoyo para lograr que los cerca de 35 compañeros que aún no encuentran un nuevo empleo lo puedan hacer”, ¿quiere decir que la actual Secretaria General es incapaz de negociar el ingreso de 35 sobrecargos?, hasta donde sé, el trabajo le corresponde al sindicato, y debería de ser de su interés, pero hay un porqué a este posicionamiento.

Ada Salazar, y muchos de los sobrecargos de Aeroméxico tienen la idea errónea de que “negociar” es sinónimo de “ceder”; es por eso que ven el caso de los compañeros sobrecargos de Aeromar como un problema al que deben darle pronta sepultura, novaigasiendo que solicitarle a la aerolínea que cumpla sus acuerdos se traduzca en “peticiones empresariales sobre las condiciones laborales de los sobrecargos”.

ASSA actúa como si no tuvieran el sartén por el mango, a diferencia de los pilotos de ASPA, que negociaron su Convenio de Ahorros sin triquiñuelas y juegos sucios. 

Quiero recordarle a la actual administración de ASSA, la larga lista de columnas que escribí sobre el “ilegal” Convenio de Ahorros, plagado de irregularidades, y que con una mano en la cintura -y cinco gramos de voluntad- podrían desconocer y echar abajo; no solo por los famosos “errores de dedo”, aún concediéndoles el beneficio de la duda, hay constancia plena de que quien firmó dicho “Convenio de Ahorros” no contaba con la Toma de Nota vigente expedida por la autoridad laboral. Por lo cual, pierde validez, como si lo hubiera firmado Cristian, el paletero.

Lo dije en innumerables e incontables ocasiones: “Aeroméxico debe tenerles miedo, no al contrario”, y de verdad, se les va la vida buscando las formas de “no pedirle nada” a la empresa, no sea que les “claven” de por vida el Convenio de Ahorros; ese es su pobre razonamiento, perdonen que se los diga.

“Pa’ cabarla de amolar”, dicen en su escrito: sabemos que algunos están ligeramente fuera de los estándares que manejan las empresas que pudieran abrirles un espacio laboral”  No entiendo qué quieren decir con lo anterior, ¿qué los pobres sobrecargos de Aeromar son “deficientes”?, ¿acaso tienen alguna limitante cognitiva que les impida ejercer la profesión de sobrecargo de aviación?

Porque hasta un día antes de estallar la huelga, ASSA los reconocía como sobrecargos debidamente capacitados, con todas las competencias que exige la tenencia de una licencia que te avala como tal. Si así no fuera, el Sindicato está reconociendo tácitamente que les estuvo cobrando cuota sindical a sobrecargos que “ligeramente” estaban fuera de los estándares que manejan las empresas. Ustedes califiquen la frase; para mí eso se llama: “mentada de madre”.  

Resumiendo, ASSA no alcanza a dimensionar el calado y la envergadura de lo que significa un movimiento de huelga, porque no se está llevando a cabo como debiera, y lo que se vuelve evidente es que está tratando de desembarazarse de los sobrecargos a los que, por una u otra razón, Aeroméxico les cerró las puertas. 

Dicen, y yo lo pongo en tela de duda, que porque “les falta inglés”, o se pasan de la edad enmarcada en el CCT, o reprobaron el examen psicométrico porque resultaron “estresados”, ¿y cómo demonios quieren que estén? si se quedaron sin su fuente de empleo de la noche a la mañana, y quien debe apoyarlos se convierte en su primer detractor.

Dejo al final el peor de los argumentos tolerados por ASSA: porque los investigaron en el Buró de Crédito y son deudores, ¿en serio permiten que la empresa vulnere la privacidad financiera?, nada más les falta copiar el polígrafo de Volaris para tener el cuadro completo ¿y la defensa a ultranza del trabajador, dónde queda?

¡No!, con lo que se firma al calce de las circulares de ASSA no es una frase de adorno, o un pensamiento motivacional (en positivo, como dicen ellos); es un lema, un compromiso, una forma de vida tatuada en piel; las cosas se hacen “Por la Razón y la Justicia Social”. 

Los sobrecargos de Aeromar, así sean uno, dos tres, veinte o treinta cinco, merecen la defensa a ultranza de sus derechos por parte del sindicato, quienes deben velar en todo momento por ello, esa es la razón primigenia de estar sindicalizado.

Ya basta de miedos y tibiezas. No lo comparto, y odio que suceda, pero no tengo manera de contradecirlos cuando los sobrecargos de Aeromar concluyen: “de haber sabido mejor voto por Ricardo, ya estaría volando en Aeroméxico”, ¿triste? por supuesto, porque no hubo peor Secretario General que Del Valle y su secta de focas aplaudidoras; no se confundan, si digo que para él sí era importante mantener a los agremiados, no significa que lo justifique. Tengo muy claro que su proyecto personal era entrar a la política mexicana. Para él nunca importaron las condiciones de sus agremiados, eran votos potenciales y ya.

Que quede bien claro, así como muchos otros los sobrecargos de Aeromar votaron por un cambio, por alguien que los escuchase y los tomara en cuenta, no por alguien que actúe a sus espaldas, como en el escrito dirigido a las autoridades de este país, pues quedaron en que les iban a mostrar qué iban a enviar para evitar “ambigüedades”, y más que eso, yo encuentro una profunda falta de empatía. 

Soy y siempre seré sindicalista, en donde lo único que debe importar es la clase obrera y el patrón que se joda. No es locura ni intolerancia, es plena determinación y total convencimiento de que, sin la clase obrera, el patrón no es nada. No se trata nada mas de “que se chingue”… se trata de que ganemos todos.

 P.D. Sabemos que no son el único grupo de trabajadores perjudicados con el cese de operaciones de Aeromar. 


Ximena Garmendia
8 de abril de 2023