Se
acaba el tiempo de legitimar
El
lunes 1° de mayo está a la vuelta de la esquina, y con él llega el fin del
plazo para las legitimaciones de los contratos colectivos de trabajo. Y se
vuelve necesario hacer unas precisiones, porque alrededor de este tema hay
muchísima confusión.
En
efecto, el lunes es el último día que tienen los sindicatos para registrarse en
el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral. ¿Qué significa lo
anterior? que tu sindicato debe de registrarse para solicitar a la autoridad que
lo acompañe en el proceso de legitimación de un Contrato Colectivo de Trabajo. Ojo,
la legitimación de estos puede realizarse durante el mes de mayo, y dicho
proceso tiene como plazo hasta el 31 de julio para efectuarse.
Esto
se los digo con la intención de que no se confundan con las fechas, pues hay
muchos trabajadores dentro del sector aeronáutico que todavía no realizan este
proceso. Pero si su sindicato se inscribe antes del próximo lunes, tendrán dos
meses más para realizar la consulta a sus agremiados.
En
estos días, los sobrecargos de Aeroméxico están legitimando su contrato, y hay
una cosa que la actual administración de ASSA sigue sin entender: no pueden
dirigir el voto hacia un sentido u otro. Sé lo importante que es tener un
sindicato que respalde tu contrato, y que en la defensa de los derechos
laborales es más efectiva la colectividad que la individualidad; pero en estos
días de consulta no se ha respetado la secrecía del voto y abiertamente invitan
a votar a favor de la legitimación. Por supuesto no lo hacen en los canales
oficiales, que dicho sea de paso, están totalmente abandonados.
Esta
misma práctica la critiqué acremente al STIA, con el contrato de Volaris, con
el de Viva, y con todo aquel que detenta, pues días antes entregan el contrato
y con una sutil amenaza de que se pueden quedar sin empleo, por lo que “deben”
votar a favor. ASSA, te pregunto: ¿cuándo nos convertimos en un sindicato
charro? Se supone que con la salida de Ricardo Del Valle la libertad de los
sobrecargos no quedaría en entredicho.
Lo
mismo pasa con el Sindicato Independencia, a cargo de Tomás del Toro. Los
trabajadores de tierra de Aerovías de
México están a punto de legitimar su contrato; el próximo 17 de mayo emitirán su voto, y según
se lee en un comunicado, lo harán de manera, libre, personal, directa y
secreta, pero en los hechos sabemos que la gente del sindicato estará ahí para
recordarles (hacerles creer, pues) que sin ellos no son nadie.
Lo
digo claro y fuerte: soy una convencida del sindicalismo democrático, y que
deben acabarse los sindicatos charros, pero estamos viendo la perpetuación de
ellos a través de esta simulación llamada “legitimación de contratos
colectivos”; y es que el realidad lo único que está pasando es que las
dirigencias sempiternas -por ejemplo del STIA o de Independencia- no van a
cambiar en lo absoluto, y seguirán los mismos de siempre, creyendo que deben de
tomar las decisiones que solo le competen a los trabajadores.
Tal
es el caso del reparto de utilidades; ya lo hemos dicho, en Volaris no había
motivos para no tener su PTU, pero en una sucia jugarreta tolerada por autoridades
laborales más que ciegas, brutas y sordomudas, la administración de Kike
Beltranena hace lo que le venga en gana, a pesar de que sí tuvieron ganancias durante
el 2022.
En la
revista digital Real Estate, Market & Lifestyle publicaron -y cito
textual-: “Los ingresos de Controladora Vuela Compañía de Aviación (VOLAR)
crecieron un 29% en el 2022, para alcanzar los 2,847 millones de pesos (mdp) en
comparación con los 2,200 mdp de 2021, pese a la volatilidad económica general
y al aumento en los costos del combustible en la industria de la aviación.”
Y a
pesar de ello, lo que hicieron fue determinar que no habría PTU para sus
trabajadores porque habían tenido una pérdida de 30 millones de dólares por
concepto de combustible. ¿Y de cuanto fue la utilidad neta? 28 millones de
dólares.
¿Qué
nos dice la Ley Federal del Trabajo sobre el reparto de utilidades? Dicho
ordenamiento legal establece que es aplicable a los trabajadores que hayan
laborado por lo menos 60 días en empresas cuyas utilidades netas fueron de $300
mil pesos o más; pero para el CEO de Volaris, Kike Beltranena, 28 millones de
dólares no son “repartibles” entre sus trabajadores.
Ahora,
aunque lo multen sería como quitarle un pelo a un gato. Una multa va de los $24,055
a los $481,100 pesos, pues las empresas deben repartir el 10 por ciento de sus
ganancias del año fiscal anterior, en este caso 2022, entre las y los
trabajadores. El artículo 123 de la Ley Federal del Trabajo establece que este
monto se dividirá en dos partes iguales.
Y con
sindicatos complacientes con las empresas, pues no se va a llegar a la
dignificación de los trabajadores. Debemos entender que este proceso de
legitimación -en los hechos- se traduce en ponerle una “palomita” de bien
portado al sindicato en cuestión, sin verificar si hace una correcta defensa de
sus trabajadores, si es democrático y si permite la libertad de elegir a sus
representantes sindicales.
Independientemente
de que legitimen o no, sepan que sus derechos como trabajadores no se pierden; que
no los amenacen con el petate del muerto; ya tocará negociar en lo
individual, pero siempre queda subsistente la posibilidad de que otro sindicato
busque la detentación de sus contratos colectivos.
Hace
más de 15 años se hablaba, dentro de la Unión Nacional de Trabajadores, de la
importancia de que los trabajadores tuvieran una verdadera representación. Hoy
son una caricatura de aquello que criticaban de las grandes centrales obreras
como la CTM o la CROM, pues los mismos viejos vetustos siguen al frente, y no
se piensan mover.
En
los hechos, la simulación de la defensa de los trabajadores es tan grande y
evidente que este 1° de mayo debería de ser la gota que derrame el vaso, y los
trabajadores salieran a exigir que de verdad se acabe con el charrismo
sindical, el gatopardismo y el tan socorrido como inútil “quítate tú, para
que me quede yo al frente”.
Creo
en la organización de los trabajadores y en su liderazgo nato. Ahora es el momento
de que nazcan nuevos sindicatos que busquen la defensa real de sus
trabajadores, y más que sindicatos gremiales como ASSA y ASPA, yo creo que lo
más viable, productivo y necesario es la conformación de un gran sindicato de
industria, de y para los trabajadores.