Entre los muchos pendientes que dejó la administración anterior, hay un
 kilométrico expediente de la situación que guarda el sector aéreo 
nacional. No todo debe achacarse a la administración calderonista, la de
 Fox también hizo lo suyo. El caso es que en 12 años el transporte aéreo
 tuvo un retroceso como de 30 años, con el agravante de que mientras 
tanto, el mundo caminó hacia delante y en el caso de América Latina más,
 incluso, que en  décadas anteriores.
 En un breve recuento, la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA
 de México) analiza los saldos del sexenio 2006-2012 y muestra, con las 
propias cifras de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) y de 
la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) el nivel real al
 que cayó la aviación mexicana. No es una opinión, son datos.
 Por ejemplo, en el período de referencia, el incremento de pasajeros 
transportados vía aérea en el mundo fue de 27 por ciento. En América 
Latina, esta cifra se fue al 46 por ciento. México, mientras tanto, sólo
 alcanzó un incremento del 19 por ciento, lo que implica que hubo tareas
 que no se hicieron.
 Pero lo peor es que mientras a escala mundial la oferta de asientos fue
 24 por ciento superior y en Latinoamérica 39 por ciento, en México se 
dio una caída del 10 por ciento en ese rubro.
 Y es que, como ya se ha mencionado en otros momentos, en el lapso de 
los dos sexenios anteriores desapareció un promedio de una aerolínea por
 año. Después de la fiebre del bajo costo, cuando Cerisola repartió 
permisos de operación como si fueran caramelos, la realidad y la 
ausencia de políticas de Estado llevaron al transporte aéreo no al lugar
 en el que estaba, sino al sótano.
 Otro indicador que menciona al centro de Estudios de ASPA se refiere al
 mercado internacional. Las cifras hablan por sí solas: en 2012 las 
aerolíneas mexicanas realizaron 35 por ciento menos operaciones que en 
2006 y 38 por ciento menos que en 2008. En contraste, las aerolíneas 
extranjeras aumentaron su participación en el mercado aéreo desde y 
hacia nuestro país un 13.4 por ciento respecto al 2006 pero de 2009 a 
2012 ese crecimiento se acelera aún más hasta alcanzar el 28 por ciento.
 Respecto al número de pasaros transportados el crecimiento en el número
 de ellos que alcanzan las líneas extranjeras es de 29.5 por ciento, 
mientras que las nacionales perdieron el 18 por ciento, aunque si se 
compara con el 2008 la caía es aún más pronunciada, pues llega al 25 por
 ciento. Si el turismo fue una prioridad en el sexenio de Calderón, está
 claro que no era para los operadores nacionales.
 Y es que la participación de las aerolíneas extranjeras en el 
transporte aéreo internacional desde y hacia México pasó del 72 por 
ciento que tenía en el 2006 al 80 por ciento del mercado el año pasado.
 Al asunto de la Categoría 2 —cuando la Agencia Federal de Aviación de 
los Estados Unidos, la FAA, decidió degradar a la aviación mexicana 
cuando se dio cuenta de las prácticas poco eficientes de la DGAC— 
impidió el crecimiento de las empresas aéreas nacionales, lo cual se 
sumó a la suspensión de vuelos por parte de Mexicana de Aviación y a la 
desaparición de otras empresas, como Aviacsa.
 Si al cierre del 2006 existían 14 aerolíneas regulares nacionales, en 
el 2012 apenas quedaban 7, de forma que las firmas extranjeras crecieron
 un 19 por ciento, pasando de 17.7 millones de pasajeros en el primer 
año del sexenio anterior a 21.3 millones al cierre de éste.
 Las empresas nacionales no pudieron ampliar su oferta hacia el 
extranjero por diversos motivos, entre ellos la falta de flota adecuada 
suficiente. Así, hoy existen en el mercado 77 aeronaves menos que en 
2006, es decir, un 24 por ciento (la cuarta parte) menos. Y en cuanto a 
aeropuertos, hoy existen 9 menos que los registrados en el 2006.
 Ya no digamos la cantidad de trabajadores. En el sexenio del empleo el 
35 por ciento de los empleados calificados en la industria perdieron sus
 puestos, es decir, 8,700 trabajadores se quedaron sin trabajo en este 
sector y una buena parte de los que lograron quedarse o emplearse en 
otra empresa del sector, hoy ganan mucho menos que hace 6 años, ello sin
 contar con el hecho de que el 14 por ciento de los talleres 
certificados cerraron sus puertas en estos años. Una forma muy extraña 
que concebir el progreso.
 Como se ve, los blanquiazules no entendieron de qué se trató el sector 
aéreo. Ya en su Consejo Nacional se empiezan a percatar de lo mucho que 
perdieron por ignorar la realidad. A ver si recuperan el rumbo.
 Lo oí en 123.45:Curiosísima la andanada contra Aeroméxico en las 
últimas semanas. Primero los acusan de prácticas anticompetitivas; 
luego, los critican porque compraron el Boeing 787 que hoy tiene un 
problema técnico y ahora los acusan de ser los culpables de la 
sobreventa de vuelos. Y son de las pocas aerolíneas que contratan con 
sindicatos gremiales ¿Pues quién estará atizando el fuego? Y sobre todo:
 ¿para qué?
 raviles_2@prodigy.net.mx